Juan Ríos
Ejecutivo Principal de la Vicepresidencia de Energía
Los últimos años han sido testigo de un aumento considerable de la adopción de medidas de eficiencia energética, aquellas que buscan promover el consumo inteligente de la energía sin desmejorar la calidad de vida de las personas. Estas han ido desde la formulación de políticas y la optimización de los procesos económicos, hasta la implementación de tecnologías que aumentan la capacidad de producción con una menor cantidad de energía.
Entre las tecnologías que se han adoptado para incrementar la eficiencia energética, la cogeneración resalta por sus beneficios. Por medio de esta técnica, que se ha implementado especialmente en procesos industriales, es posible generar simultáneamente energía eléctrica y térmica útil (calor) con un mejor rendimiento de los combustibles utilizados y la potenciación en el uso del calor residual, bien sea de vapor o electricidad.
De este modo, la cogeneración resulta más eficiente que la producción de electricidad y calor por separado. Por un lado, existe un ahorro importante de combustible, pues la demanda de calor o frío existente en el mercado debería satisfacerse por procesos de generación distintos a los de la energía eléctrica. Por otro lado, el calor residual puede aprovecharse para generar electricidad en el concepto más extendido de cogeneración.
Esta tecnología también disminuye el coste de producción, las pérdidas de transmisión y el impacto ambiental de los procedimientos industriales, que contribuyen de manera directa al cambio climático con las emisiones de gases contaminantes como CO2, SO2 y NOx.
Según un estudio CAF, países como Brasil y Nicaragua han logrado convertir el bagazo de caña en la fuente muy importante para sus procesos de cogeneración. El gigante latinoamericano, primer productor de caña en el mundo, posee aproximadamente una capacidad instalada de 3 GW de cogeneración basada en la biomasa y se estima que su potencial en cogeneración de este tipo podría ser suficiente para suministrar la mitad de la capacidad de generación requerida por el país para los próximos 10 años.
Hasta acá puede entreverse que esta tecnología representa una opción importante para Latinoamérica en sus avances en la eficiencia energética y en la consolidación de una matriz energética limpia y sostenible en el tiempo. No obstante, aún quedan desafíos importantes para que la región ocupe los primeros puestos en eficiencia energética a nivel mundial que, según el Consejo Estadounidense por una Economía de Energía Eficiente, hoy encabezan Alemania, Italia, Chile y Francia.
Por este motivo, CAF viene apoyando los países de América Latina para que avancen esta dirección. De este modo, se han previsto USD 240.000 para apoyar a la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP) para encontrar soluciones de cogeneración en su Refinería de La Teja en Montevideo, Uruguay.
Los estudios planteados abarcan el proyecto de ingeniería de cogeneración empleando calderas de alta eficiencia en la refinería, a través de la evaluación de la factibilidad técnica y económica de aprovechar las corrientes residuales y el modelo de negocios para estructurar el financiamiento del proyecto. Se espera que la implementación resulte en ahorros de energía eléctrica por el orden de entre 5 y 30 GWh/año y de una reducción efectiva de emisiones de alrededor de 1500 - 9000 ton de CO2.