Alejandro Gumucio
Director de Sectores Productivo y Financiero de la Región Sur
La Alianza del Pacífico y el Mercosur constituyen los dos grandes bloques comerciales que han cobrado mayor institucionalidad en la región en los últimos años. Dejando de lado las diferencias y diversidades de las regiones que los componen, en los próximos años deberemos impulsar su misión y potenciar su papel en el desarrollo económico de sus países.
Desde CAF hemos contribuido en diferentes iniciativas para concretar diversos proyectos de infraestructura, como carreteras, puertos, aeropuertos, líneas de transmisión y gasoductos que en muchos casos unen a los países. También nos hemos involucrado en la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA), financiando varias partes de ese gran proyecto. Ahora alentamos a volver realidad ese pacto y a buscar mecanismos y herramientas que permitan ser más productivos.
Con cada uno de los países involucrados proponemos construir agendas de trabajo particulares para luego articular una relación interregional. La diversidad hace que algunos países sean más competitivos que otros en ciertos sectores, por lo que es necesario estudiar el potencial de cada uno.
Uruguay es uno de los países más avanzados en materia de integración y tiene una visión de Estado respecto a sus posibilidades. Debido a su tamaño, los responsables de gobernarlo tienen plena conciencia respecto a la conveniencia de insertarse en el mundo. En esta dirección se han impulsado acuerdos estratégicos, por ejemplo entre la Unión Europea y el Mercosur. Esto nos lleva a creer que el país será también un gran promotor y aliado para conseguir un mayor relacionamiento con el bloque del Pacífico.
Trabajar para que el cono sur sea menos vulnerable a los vaivenes del precio de las materias primas y para que se genere una producción con mayor valor agregado, capaz de mejorar los niveles de empleo y de calidad de vida, son algunos de los puntos de convergencia que los países de la región deben considerar.
En esta coyuntura, deberemos trabajar en base a los siguientes cuatro pilares: infraestructura, corredores logísticos, transformación digital y fortalecimiento de instituciones. Los dos primeros son fundamentales para facilitar el comercio de los países. Muchas veces ocurre que como consecuencia de la generación de cuellos de botella por carencias de carácter logístico, algunas industrias que son altamente competitivas dejan de serlo. Debemos mejorar ese aspecto para dar el salto a nivel global. Por otro lado, es una tarea pendiente la transformación digital, fundamental para mejorar los procesos administrativos y lograr la máxima eficiencia.
Estos aspectos y las diferentes visiones de académicos y autoridades regionales fueron compilados en el libro “Convergencia en la Diversidad. Diálogo entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico”, que desde CAF presentamos con la Secretaria General Iberoamericana (SEGIB) y la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). Invitamos a considerar este documento, que pretendemos sea el punto de partida para comenzar a trabajar juntos por el crecimiento y el desarrollo de nuestros países.