Frank Vanoy
Ejecutivo Principal de la Vicepresidencia de Energía de CAF
El hidrógeno verde (H2V) es un combustible limpio que se produce utilizando fuentes de energía renovable, como la energía solar y eólica. Se produce de la separación de la molécula del agua H2, y se realiza en equipos llamados “electrolizadores”.
En los últimos años, ha habido un creciente interés en el H2V en América Latina; varios países vienen desarrollando acciones para la promoción del sector y existen varios proyectos piloto en marcha, desde iniciativas privadas hasta otras con asociaciones de empresas públicas.
Chile es uno de los países líderes en el desarrollo de hidrógeno verde. El país, que tiene el ambicioso objetivo de convertirse en un importante exportador para el 2030, cuenta con abundantes recursos solares y eólicos, y también se encuentra en una posición estratégica para exportar H2V y derivados. Esto representa una gran apuesta para desarrollar demanda focalizada y evitar vertimientos de energía en algunos espacios horarios fruto del exceso de oferta en generación solar y la sobrecarga de la infraestructura de transmisión norte-sur. Recientemente Corfo anunció una línea por USD 1.000 millones para la promoción de proyectos.
Brasil es otro país que está invirtiendo en materia, y cuenta con una sólida base industrial y también con una gran oferta de energía renovable. El gobierno se ha fijado el objetivo de producir 500.000 toneladas de H2V para 2030.
En paralelo, Uruguay se comprometió con la instalación de 20 GW de capacidad productiva de H2V en un escenario a 2040, mediante el programa H2U impulsado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería, que vincula una gran mesa de trabajo con distintos organismos nacionales que promueven el desarrollo de la estrategia país sobre el H2V.
Colombia es otro país que ha creado su hoja de ruta para desarrollar hasta 3 GW de capacidad de electrólisis para 2030, y contempla la adopción masiva del H2V en el sector transporte. Por otro lado, recientemente suscribió un memorando de entendimiento con el gobierno alemán, que busca evaluar las cadenas de producción y transporte de H2V para celdas y fertilizantes.
Otros países de América Latina que están desarrollando industrias de hidrógeno verde incluyen Argentina y México, que cuentan con recursos de energía renovable y bases industriales que podrían utilizarse para producir y exportar H2V.
Con las políticas e inversiones adecuadas, América Latina y el Caribe podría desempeñar un papel destacado en la transición energética global.
Existen varios beneficios que el H2V podrían aportar a América Latina. Estos incluyen:
- Desarrollo de demanda focalizada: La industria del H2V junto con oferta de energías renovables sumado al almacenamiento de energía, pueden contribuir a evitar distorsiones del mercado energético, promoviendo una convergencia de la oferta con la demanda a lo largo de los segmentos horarios.
- Crecimiento económico: El desarrollo de la industria del hidrógeno verde podría desarrollar capacidades técnicas, crear empleos y estimular el crecimiento económico en América Latina.
- Seguridad energética: El hidrógeno verde podría ayudar a reducir la dependencia de América Latina de energéticos importados.
- Mitigación del cambio climático: El hidrógeno verde es un combustible limpio que podría contribuir a mitigar el cambio climático.
- Polos de desarrollo regional: Zonas identificadas donde existan los recursos para la producción de energía renovable pueden convertirse en focos de producción y promover el desarrollo de los territorios.
Pero también existen varios desafíos que deben abordarse para desarrollar la industria del H2V en América Latina:
- Regulación: Si bien ya existen lineamiento de política pública en algunos países, aun no se da el salto a la expedición de normativa y regulación clara para la producción y el uso de H2V. Este es el principal desafío que debería atender la región.
- Costo: El costo de producir H2V aún es relativamente alto. Sin embargo, existen tecnologías ya en etapas más maduras (PEM), se espera que el costo de otras, disminuyan progresivamente.
- Infraestructura: Existe una falta de infraestructura para producir, transportar y almacenar H2V. Esta infraestructura deberá desarrollarse para respaldar el crecimiento de la industria.
- Contratos: Necesidad de sellar contratos de compra venta de H2V, para garantizar flujo de ingresos a futuro, la materialización de los proyectos, afianzar el mercado para el H2V y el fomento de las cadenas de valor locales y ecosistemas de desarrollo.
En conclusión, el desarrollo de la industria del H2V en América Latina y el Caribe aún se encuentra en sus primeras etapas. Sin embargo, existe un gran potencial para que la región se convierta en un importante productor y exportador de H2V y derivados.
Los desafíos que deben abordarse son significativos, pero no insuperables. Con las políticas e inversiones adecuadas, así como con el enfoque correcto, la región puede convertirse en un actor importante en el mercado global de H2V y desempeñar un papel destacado en la transición energética global.