Patricio Scaff
Ejecutivo Principal
La adopción de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) marcó un hito en la cooperación internacional y la búsqueda de un desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible. Sin embargo, a medida que nos acercamos al año 2030, es crucial reflexionar sobre los avances logrados, las lecciones aprendidas y, sobre todo, los desafíos pendientes para la gobernanza global y el financiamiento al desarrollo.
En América Latina y el Caribe, sabemos que solo un tercio de las metas fijadas en los ODS tienen posibilidades de ser cumplidas. Nuestra región se caracteriza además por particularidades y una diversidad que nos son propias: coexisten países con importantes diferenciales en materia de desarrollo, de niveles de renta -que predeterminan el acceso a ciertos recursos-, territorios con necesidades particulares como los pequeños estados insulares en desarrollo (SIDS), países con gran vulnerabilidad climática y grandes contrastes en materia de desarrollo y de capacidades a nivel subnacional.
El "Pacto para el Futuro", que será presentado durante la Cumbre del Futuro en 2024, ofrece una visión renovada sobre cómo nuestros países pueden cooperar para enfrentar los desafíos contemporáneos que no hemos sabido hasta ahora resolver. Este pacto subraya la necesidad de fortalecer el multilateralismo, adaptando las instituciones globales a un mundo en constante cambio, y propone acciones concretas en áreas críticas como el desarrollo sostenible, la paz y la seguridad, y los derechos humanos.
La Gobernanza Global: Un Pilar Fundamental para el Futuro
Uno de los principales desafíos que enfrentamos a nivel nacional y a nivel global es la creciente desconfianza en las instituciones democráticas y multilaterales. Esta desconfianza se ve alimentada por el aumento de las desigualdades, las crisis económicas recurrentes, y la falta de respuestas efectivas a problemas globales como el cambio climático, las pandemias y los conflictos armados. Partiendo del trabajo que CAF ha conducido con el PNUD a lo largo de este 2024 en materia de Gobernanza para el Desarrollo, presentaremos en el marco de semana de Alto Nivel de la 79a Asamblea General de Naciones Unidas importantes hallazgos sobre la importancia de fortalecer la gobernanza en todas sus formas y en todos sus niveles para “habilitar” las posibilidades de desarrollo en nuestra región.
El Pacto para el Futuro que está actualmente en discusión destaca la importancia de renovar el compromiso con el multilateralismo, basándose en el respeto al derecho internacional y en una cooperación internacional sólida y sostenida, que permita formas de solidaridad a nivel global. En este sentido, la reforma de la gobernanza planetaria es esencial. Las instituciones multilaterales tienen una oportunidad única para impulsar reformas que las hagan más inclusivas, representativas y eficaces para responder a los desafíos actuales y futuros. La capacidad de anticipación y respuesta de estas instituciones es crucial para evitar que las crisis se conviertan en conflictos de gran escala.
Además, es imperativo que estas instituciones sean financieramente estables y estén equipadas para cumplir con sus mandatos en un mundo cada vez más interconectado y complejo. Esto implica no solo la reforma estructural, sino también el fortalecimiento de la cooperación entre actores estatales y no estatales y a nivel subnacional, incluyendo al sector privado, la sociedad civil y las organizaciones internacionales.
El Financiamiento al Desarrollo: Cerrando brechas
El financiamiento al desarrollo es otro de los grandes retos que enfrentan los países en desarrollo, particularmente en América Latina y el Caribe. A pesar de los avances, la brecha de financiamiento para alcanzar los ODS sigue siendo significativa. En el Pacto para el Futuro, se menciona la necesidad de movilizar y entregar recursos sustanciales y adecuados desde todas las fuentes para apoyar el desarrollo sostenible. En nuestra región, la situación es diversa: si en ciertos países el foco debe estar puesto en el fortalecimiento de capacidades y en una mejor recaudación y movilización de recursos a nivel nacional, para otros, en otros, será necesario seguir fortaleciendo la ayuda oficial para el desarrollo y promover una inversión orientada al impacto y al desarrollo de nuevos flujos entrantes como las remesas.
El Pacto enfatiza la importancia de cerrar la brecha de financiamiento mediante la movilización de recursos nacionales e internacionales, incluyendo la asistencia oficial para el desarrollo, y la inversión del sector privado. Sin embargo, también reconoce que es crucial crear un entorno habilitador a nivel global, regional y nacional para aumentar la movilización de recursos domésticos y fortalecer las capacidades de los países en desarrollo. Al respecto, en el marco de los Actions Days de la Cumbre del Futuro, CAF organizará junto a Asuntos del Sur una conferencia para debatir sobre las capacidades institucionales clave que se requieren en la región para enfrentar el mundo complejo, interconectado y que requiere transiciones verdes y digitales para fomentar un desarrollo más justo, inclusivo y sostenible.
En la Cumbre del Futuro también se abordará la necesidad de combatir los flujos financieros ilícitos, la evasión fiscal, el crimen organizado y la corrupción, que erosionan los recursos necesarios para el desarrollo. En este contexto, la cooperación internacional en materia fiscal se convierte en un elemento de interés para asegurar que los países en desarrollo puedan contar con los recursos necesarios para financiar su propio desarrollo.
Más allá de 2030: Un Nuevo Ciclo de Compromisos
El año 2030 dejó de ser visto como una meta final tras la crisis generada por el COVID19 y los conflictos que la precedieron. El secretario general de Naciones Unidas considera -con gran pertinencia- que debe ser un punto de inflexión hacia un nuevo ciclo de compromisos globales. Es necesario que a nivel internacional sigamos avanzando en la construcción de un futuro sostenible y justo para todas las generaciones. Durante los Actions Days también estrenaremos en Nueva York una serie audiovisual que documenta la resiliencia de personas que viven América Latina y el Caribe en búsqueda de soluciones para el desarrollo de sus comunidades, fruto de una alianza con el PNUD y Detonante.
El punto de inflexión post-2030 implica no solo la implementación de los compromisos existentes, sino también la adaptación a nuevas realidades y desafíos emergentes: la triple transición verde, digital y socioeconómica. Las alianzas y la colaboración entre las
diferentes entidades que trabajamos para el desarrollo de la región resultarán cada vez más fundamentales en su papel de motor para impulsar este nuevo ciclo de compromisos. Es nuestra responsabilidad trabajar para que este pacto se traduzca en acciones concretas que beneficien a todas y a todos, sin dejar a nadie atrás.