La capacitación de capital humano, clave para el desarrollo de América Latina

Fecha artículo: 01 de agosto de 2016

En el proceso de globalización y del avance de la revolución científico-técnica de las últimas décadas, el conocimiento se ha convertido en uno de los bienes más preciados  en el camino hacia el desarrollo de los países. 

Ya a comienzos de los años 80, distintos sectores de avanzada en ciencia y tecnología -como la microelectrónica, las telecomunicaciones, la biotecnología, la informática o la robótica- establecieron las bases de una profunda transformación productiva y del intercambio y desarrollo de la vida en sociedad. Su aparición implicó un salto cualitativo irreversible en materia de eficiencia, productividad, rapidez y calidad de los procesos productivos y de servicios. Pero a su vez, esta incorporación impactó significativamente sobre el mundo del empleo, por ejemplo en la reducción de la brecha entre trabajo manual e intelectual, la disminución en los requerimientos de tiempo de trabajo y en la participación del factor humano en la conformación orgánica del capital.

La capacidad de los Estados de acelerar y promover el desarrollo depende de la combinación de dos características estructurales. Por un lado, a nivel interno, la capacidad de las instituciones y la profesionalización de sus burocracias. A nivel externo, y como complemento, la existencia de lazos estructurales y una fuerte capacidad de articulación con sectores estratégicos de la sociedad civil se tornan imprescindibles. Ni las capacidades internas ni los vínculos externos producen por si´ solos efectos concretos en el desarrollo; es la imbricación entre ambos aquello que lo hace posible. 

Ahora bien, para que esto se materialice es necesario contar con funcionarios públicos y actores sociales con habilidades y competencias específicas para resolver los cada vez más complejos problemas sociales. Adquieren aquí relevancia los procesos de capacitación en sus diferentes niveles y, el rol de las universidades, en tanto expresión institucional de la capacidad latinoamericana de reflexión y producción del recurso conocimiento en toda la escala de saberes científicos, técnicos, humanísticos, sociales y culturales. 

A pesar que el acceso a la educación superior creció´ aceleradamente  durante la década pasada, la UNESCO señala que la región aún presenta una capacidad de adaptación muy limitada a los nuevos requerimientos que la globalización y la sociedad de la información imponen en formación de capital humano y producción científica. Más allá de las acentuadas heterogeneidades entre países, la tasa promedio de conclusión de estudios de educación superior entre jóvenes de 25 a 29 años, no superaba en el año 2010 el 10,28%. 

Avizorando estos procesos, desde hace varios años CAF ha direccionado sus esfuerzos a generar y fortalecer la formación y especialización de servidores públicos y líderes sociales, con el fin de  incrementar la eficiencia de las políticas públicas.

Como parte de esta estrategia se creó la Red Latinoamericana de Gobernabilidad (RLG), una plataforma virtual que pretende generar un entorno colaborativo y de socialización de conocimientos que interconecte y expanda las acciones que CAF viene desarrollando desde hace más de 15 años en materia de capacitación en los países de América Latina.

Sus destinatarios son tanto los más de 50.000 participantes  de  nuestros programas de Liderazgo para la Transformación; Gobernabilidad, Gerencia Política y Gestión Pública; Alta Conducción Pública, como los coordinadores y docentes de las distintas universidades e instituciones académicas que nos acompañan. Así, funcionarios públicos, líderes de las organizaciones de la sociedad civil y altos funcionarios de América Latina, cuentan -a través dewww.gobernabilidadcaf.com  o de una aplicación móvil (GobCAF)- con un punto de encuentro  informativo y de interacción en temas de gestión pública, liderazgo y gobernabilidad.

El fin de esta iniciativa es expandir, vincular, intercambiar, democratizar y valorizar el conocimiento arraigado y las buenas prácticas entre actores claves para el desarrollo, no sólo saberes teóricos y técnicos, sino también conocimientos prácticos especializados, autóctonos, actuales y locales.

En definitiva, conscientes de que la sociedad que se asoma al tercer milenio exige más y mejor información, capacidad innovadora y saberes cada vez más especializados, la implementación de esta red es una nueva vía para democratizar un conocimiento que acerque a América Latina  al desarrollo inclusivo.  Porque la clave del desarrollo de la región reside en contar con un capital humano altamente capacitado.

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