Gustavo Beliz
Ángel Melguizo
Víctor Muñoz
El cierre oficioso del verano en el hemisferio norte tuvo como protagonista estelar a Santiago de Compostela, que acogió la primera reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la UE y América Latina y el Caribe, convocados por la Presidencia española de la UE y CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe.
En la agenda, de manera central se trató la iniciativa Global Gateway digital, que llega en un momento clave para la cooperación internacional. Como declaró el alto representante Josep Borrell en la cumbre UE-CELAC en julio en Bruselas, durante mucho tiempo se consideró que América Latina y el Caribe ”no era ni el problema ni la solución para Europa”. Ahora, ante el cambio climático, la transformación digital y los retos laborales que las nuevas tecnologías abren, se abren nuevas oportunidades.
En un mundo fragmentado, Europa y la región pueden actuar no solo como socios comerciales, sino como aliados estratégicos para generar nuevas sinergias en las cadenas de producción y suministro de chips, en la expansión de las redes 5G, en los avances de Inteligencia Artificial y su regulación, y en las estrategias de ciberseguridad. Ambas regiones comparten valores comunes (que no únicos) como la necesidad de una digitalización centrada en los ciudadanos y gobernada según los principios y valores sociales, y la prioridad en reducir las emisiones de CO2 y en proteger la biodiversidad, manteniendo el dinamismo económico. Y, más allá de la primacía de Estados Unidos y China en los principales desarrollos tecnológicos, y de la expansión económica de China en la región en las últimas dos décadas, Europa sigue siendo el principal inversor en la región con cerca de 700.000 millones de euros, con empresas líderes globales en sectores digitalizados.
La actual Agenda de Inversiones de Global Gateway UE-ALC tiene cuatro pilares: transición ecológica justa, transformación digital inclusiva, desarrollo humano y resiliencia sanitaria. Nace con contribuciones del Team Europe (principalmente de la propia UE, España y Francia) de 45.000 millones de euros (algo menos de 50.000 millones de dólares al cambio de hoy) hasta 2027. La agenda digital inicial incluye unas 20 iniciativas (del total de 136), entre las que destacan apoyos a conectividad en Colombia, implantación de 5G en Costa Rica y El Salvador, ciberseguridad en República Dominicana y apoyo a la Inteligencia Artificial en Argentina. Asimismo, la Alianza Digital UE-ALC está llevando a cabo actividades de cooperación digital como la ampliación del cable BELLA y la creación de dos centros regionales Copérnico en Chile y Panamá para la reducción del riesgo de catástrofes, el cambio climático y la vigilancia terrestre y marina.
Ahora es el momento de lograr que la iniciativa Global Gateway digital sea más ambiciosa, más fuerte y ágil. Primero, se requiere potenciar el volumen anunciado de la iniciativa con el músculo financiero de bancos de desarrollo y de empresas, con instrumentos crediticios innovadores promovidos en especial por la CAF, el BID y el Banco Europeo de Inversiones.
Segundo, la iniciativa Global Gateway digital se debe fortalecer profundizando su interacción con las transiciones social y verde. En el primer caso, invirtiendo en políticas de formación para preparar a los ciudadanos para el futuro del trabajo, fortaleciendo con tecnología los servicios de atención sanitaria y la producción de medicamentos y vacunas, o impulsando la innovación en el sector de agroindustria. Igualmente, las innovaciones tecnológicas son clave para impulsar la economía circular e industrias como la electromovilidad, el hidrógeno verde y las cadenas de suministro energético limpias, así como para contribuir a objetivos compartidos de preservación de biodiversidad (greentech) y administraciones públicas más abiertas y eficaces. En estos sectores Europa cuenta con grupos empresariales lideres globales que pueden ser socios clave como energía renovable, finanzas, movilidad y salud.
Tercero, se ha de agilizar la puesta en marcha de las iniciativas. Sin duda el establecimiento de una institucionalidad ágil con la participación coordinada de los bancos de desarrollo regionales es un avance, pues resulta urgente la movilización de recursos en áreas que presentan una velocidad de cambio exponencial frente a la cual la región no puede responder con la inmovilidad o el atraso (por ejemplo, para motorizar estrategias regulatorias de inteligencia artificial o desarrollo de redes 5G).
En el Directorio de CAF en Santiago de Chile se inició formalmente una senda de colaboración Europa-América Latina y el Caribe, que visitó Bruselas y desembocó en una histórica cumbre de ministros de finanzas de ambas regiones, el ECOFIN, en Santiago de Compostela. Este camino ha permitido definir un proyecto conjunto de inversión y cooperación con una ambición y potencial no visto en décadas, donde lo tecnológico es determinante. Es hora de concretar, reforzar y acelerar. El desarrollo humano integral de América Latina y el Caribe será verde, inclusivo y digital, o no será.