Frank Vanoy
Ejecutivo Principal de la Vicepresidencia de Energía de CAF
Los mares del Caribe son mundialmente conocidos por sus tesoros escondidos, sus peligrosos tiburones o su dinamismo comercial en épocas coloniales.
Pero la historia se renueva, y a esta lista podremos sumar, dentro de muy poco, un nuevo aspecto que beneficiará a todos los habitantes de la región: su capacidad para generar recurso para aire acondicionado limpio y más barato.
Estudios recientes centrados en el Caribe indican que es posible usar aguas marinas profundas para generar aire acondicionado en algunas ciudades de América Latina, a un costo mucho menor que las fuentes convencionales y con un impacto positivo para el medio ambiente.
Se trata de sistemas relativamente sencillos: se instala una tubería que llega a buenas profundidades del mar (donde la temperatura del agua es de 5°C) para trasladar el agua a una estación central de enfriamiento. Desde allí se bombea a través de una red de tuberías, agua para enfriar el aire en las instalaciones comerciales, hoteleras y residencias que utilizan aire acondicionado centralizado. Luego de terminar el recorrido, el agua retorna a la estación de enfriamiento para ser devuelta al mar.
Estos nuevos sistemas contrastan con los que actualmente se usan en la región, que generalmente funcionan a base de energías fósiles, las más contaminantes, hecho que genera serios problemas de sostenibilidad ambiental. De hecho, se calcula que a nivel regional el aire acondicionado es responsable de alrededor del 40% del total de la energía eléctrica que se consume.
Además, el uso de sistemas de aire acondicionado contaminantes también afecta a la situación económica de muchos países, especialmente los que no producen su propia energía. Este es el caso de las islas del Caribe, cuyas necesidades energéticas dependen en más del 90% de combustibles fósiles importados y, por esta razón, deben pagar tarifas elevadas de electricidad que a veces triplican las de los países industrializados.
Este descubrimiento cobra especial relevancia, por ejemplo, ante situaciones como las vividas en los últimos meses, cuando buena parte de América Latina y el Caribe sufrió temperaturas extremas, que alcanzaron sensaciones térmicas de 47° en Panamá o 40° en parte de Colombia, Chile, Perú, Argentina, Nicaragua, Honduras, México y algunas Islas del Caribe.
Muchos de estos países encendieron sus alarmas ante potenciales incendios en bosques y cultivos y, paralelamente, accionaron sus sistemas de aire acondicionado, imprescindibles para mantener a salvo la población de los golpes de calor y para evitar problemas a la hora de conciliar el sueño por la sensación de sofoco. Evidentemente, la situación terminó por disparar el consumo energético, así como el impacto ambiental.
Las tecnologías para generar aire acondicionado de aguas profundas, denominadas SWAC, por sus siglas en inglés (Seawater Air Conditioning) están llamadas a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% y, al mismo tiempo, reducirían en un 100% las sustancias agotadoras del ozono. A esto cabe sumar que su adopción en otras partes del mundo demuestra importantes ahorros económicos y energéticos: en Halifax, Canadá, se han logrado ahorros entre 50.000 y 60.000 dólares al año como resultado de la disminución en el costo eléctrico, en el mantenimiento y el tratamiento de agua.
Esta evidencia indica que el agua de mar podría ser una solución a las elevadas tarifas de electricidad en varios territorios de América Latina, y especialmente en las islas del Caribe. Sin embargo, su aprovechamiento requerirá, por un lado, un componente de educación a un sector institucional y estatal que provea las facilidades, integración y mecanismos para implementar esta especie de proyectos y, por otro lado, apoyo financiero institucional, privado o multilateral que apalanque el uso del recurso. En este sentido, el Programa Regional de Enfriamiento Urbano de CAF es una de las iniciativas ya en marcha para lograr sistemas energéticos sostenibles y eficientes en toda la región.
En este contexto, vale la pena compartir los hallazgos que nos señalaron la posibilidad de usar las profundidades de El Caribe para implementar sistemas de aire acondicionado capaces de reducir el impacto negativo en el medio ambiente, el consumo energético, los costos económicos de mantenimiento y que, además, presentan tiempos de recuperación de inversión relativamente cortos.