Dinorah Singer
Experta en educación en CAF
La relevancia de la infraestructura en el proceso de aprendizaje va mucho más allá de ofrecer un espacio con determinadas características para que se encuentren maestros y alumnos diariamente en su labor de aprender y enseñar. El espacio escolar juega un rol mucho más activo en este proceso de aprendizaje, motivando la permanencia en la escuela, la participación de todos sin discriminación por razones étnicas, sociales o de género, y en donde las mismas características del espacio pueden ser lecciones sobre cómo ser un ciudadano responsable con el planeta.
Existe en la literatura mucha evidencia empírica que indica la relación directa entre infraestructura escolar y rendimiento educativo, y que las inversiones en infraestructuras educativas contribuyen a mejorar la calidad de la educación.
Los retos en materia de acceso escolar aún permanecen. En América Latina hay 14 millones de niños y jóvenes que no asisten a la escuela, muchos de ellos porque no tienen una escuela cerca de su comunidad. A estos millones se suman aquellos que, como consecuencia del cierre de las escuelas por la pandemia, aún no han podido regresar porque sus escuelas no pueden garantizar un retorno seguro. Cerca del 30% de los estudiantes que asisten a escuelas no cuentan con agua potable y sanitarios bien equipados. Esto afecta con mayor énfasis a los estudiantes de ingresos socioeconómicos más bajos.
Para que la infraestructura juegue su rol en el proceso de aprendizaje, desde el más básico, que es garantizar condiciones seguras para la permanencia de alumnos y docentes, hasta influir en el desarrollo integral de niños y jóvenes y en la calidad de sus aprendizajes, es fundamental garantizar un buen proceso de planificación y diseño de los proyectos de infraestructura pues estas son las fases críticas donde se define el éxito y la sostenibilidad de un edificio escolar.
Las principales causas de costos adicionales, calidad deficiente, altos costos operativos e incumplimiento de plazos contractuales, es el resultado de proyectos mal planificados con deficiente documentación ejecutiva y falta de consistencia al establecer los requisitos de elegibilidad.
Como parte del apoyo que CAF ofrece a la región desde su Agenda Educativa, se han elaborado dos guías de trabajo, complementarias entre sí, que identifican elementos claves desde un punto de vista técnico en la formulación de un proyecto de infraestructura educativa, desde lo arquitectónico (modelos constructivos) y desde la planificación y gestión, utilizando para ello referencias de estándares internacionales y de buenas prácticas.