Federico Vignati
Ejecutivo Principal de la Vicepresidencia del Sector Privado en CAF
Los últimos 30 meses han sido particularmente importantes para la estructuración de lo que podemos llamar del Mercado Voluntario de Carbono Versión 2.0 (MVC).
Pensar en el fin del MVC como algunos defendieron en el auge de las críticas asociadas a la integridad de su oferta, era una narrativa difícil de concordar, principalmente porque el tema de fondo de un crédito de carbono sea este voluntario o regulado, no es nada más que el de financiar proyectos con impactos positivos en el clima.
Negar este mecanismo de financiamiento, equivale a negar la importancia de hacer disponibles recursos financieros para proyectos que son más que importantes en la agenda de combate a la pobreza y climática de países en desarrollo y naturalmente, esto incluye a ALC.
Pero en este artículo, más que revisar los altos y bajos que ha tenido el MVC en los últimos meses, queremos ver algunas de las consecuencias de estos episodios y como los nuevos consensos podrán afectar a ALC en sus esfuerzos por participar, con destaque, del MVC.
Comencemos por dividir este período en por lo menos tres etapas. La primera, la denominaremos de "implosión" que lo entendemos como el período donde se detona la estructura, aunque esto pueda traer riesgos eminentes para la esencia del mecanismo.
La segunda la denominaremos "consensos", es la etapa donde los actores, ante la eminencia de las perdidas e incertidumbre, buscan en el dialogo, el repensar un camino factible para el crecimiento sostenido del MVC.
La tercera etapa, es "resurgir", está sería la actual, la importancia de esta etapa es que está en construcción. En este contexto, resulta fundamental no solo acompañar su desenlace, pero, sobre todo, buscar formas de participación que permitan, que la posición de ALC, no se debilite.
El período de implosión fue aquel donde el MVC recibió críticas de dentro y fuera de su sistema, se desabotonaron una serie de acusaciones asociadas a la falta de rigor técnico en diversas etapas del ciclo de originación y comercialización de créditos. Este proceso, llamo la atención de la opinión pública internacional, dejando en evidencia la necesidad de realizar ajustes concretos en los estándares y procedimientos asociados al desarrollo de la oferta, así como en la distribución de los beneficios.
Desde la perspectiva de la demanda, la consecuencia directa fue (– 17%) de retracción de la demanda internacional por créditos de carbono en 2022, si lo comparamos con 2021. Fue en este período grandes compañías globales anunciaron la cancelación de contratos de compra de créditos de carbono hasta nuevo aviso.
Fue en este mismo período, que la eficacia y calidad de la oferta de créditos que resultan de emisiones de carbono evitadas, como los proyectos de REDD+, fue altamente cuestionada, no fue el único segmento criticado, pero si el que tuvo mayor retracción. Aquí vale destacar que, del volumen total de créditos de carbono en circulación de ALC, el 70% son de emisiones y conversión evitadas (REDD+).
En la segunda etapa "consensos", lo que se vio fue una corrida, liderada principalmente por el segmento de brókers/traders, en coordinación con las empresas que generan estándares y a su vez certifican los proyectos climáticos, por apaciguar el mercado y demostrar que, a pesar de las
debilidades del sistema, existía una masa critica suficiente para dar impulso a un nuevo momento del MVC, una versión 2.0.
Este momento de búsqueda de consensos, se caracterizó por la discusión alrededor del concepto de "integridad", un concepto que se repite una y otra vez en todos los estudios y recomendaciones que resultan de esta etapa. Integridad en créditos de carbono en el MVC, representa una especie de marca de supra-calidad, un concepto transversal que es capaz de dar credibilidad a todos los actores que integran el sistema de créditos de carbono, es por lo tanto un concepto difícil de aterrizar, pero que gracias a diversos esfuerzos, viene ganando forma y herramientas a través de trabajos como el que realiza ILACC, el , Voluntary Carbon Markets Integrity Initiative (VCMI) e Integrity Council for Voluntary Carbon, entre otros.
Determinar hasta qué punto nos encontramos aún en la segunda etapa, o estamos ya iniciando una tercera etapa el "resurgir", no es fundamental para nuestro análisis, sin embargo, si es importante reconocer que estamos transitando hacia un nuevo momento, donde, con base a una serie de nuevos conceptos y consensos, se podrá estructurar una buena parte del MVC 2.0.
Dos evidencias significativas de la etapa "resurgir" y particularmente relevantes para el avance del MVC de ALC, son las recomendaciones del Panel de Alto Nivel de las Naciones Unidas publicadas en el reporte 'La Integridad es Decisiva', donde se justifica el uso de créditos de carbono del mercado voluntario para la compensación de emisiones, como una herramienta de financiamiento necesaria y en continuo perfeccionamiento.
La segunda evidencia, y esta podría generar preocupación por su efecto directo en la oferta de créditos de carbono de ALC, es la ISO 14068-1, publicada en noviembre de 2023. El estándar ISO, orienta a las organizaciones que buscan su certificación Carbono Neutral, a utilizar en un primer momento, créditos de carbono de cualquier categoría, quiere decir, que evitan, reducen o capturan carbono de la atmósfera).
Sin embargo, también indica, que una vez establecida la línea de base y elaborado el plan de acción, las organizaciones deberán utilizar apenas créditos de proyectos que capturan carbono de la atmósfera, no considerando la oferta de créditos que resultan de energía renovable/ eficiencia energética (reducen), así como la oferta de créditos que evitan emisiones, como por ejemplo los de conservación de bosques - REDD+.
El MVC 2.0, se proyecta por lo tanto, hacia un sistema más sofisticado, integrado por más actores y que resulta de cerca de dos décadas de lecciones aprendidas. La posición competitiva de ALC en esta nueva versión del MVC, dependerá entre otras cosas, de la disponibilidad oportuna y adecuada de financiamiento climático, que permita que empresas privadas que actúan países con amplia capacidad de competir y generar créditos de carbono (de captura) puedan acelerar su originación y ampliar su oferta en el mercado internacional.
La falta de condiciones habilitantes y de financiamiento para inversiones privadas de esta naturaleza, podrán inhibir la visión de ALC como "región solución" del cambio climático, por lo menos desde la perspectiva de la oferta de créditos. Desde otra perspectiva, la acción pro-activa y concertada entre el sector privado, bancos de desarrollo y el Estado, podrá ser fundamental para que la región se adapte a estos ajustes del mercado y ponga en valor su potencial generador de créditos, para el beneficio de la región y del planeta.