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Marcela Bautista Macías
Especialista en educación de CAF
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El desarrollo sostenible requiere modelos de formación que impulsen empleos verdes y fortalezcan la transformación productiva en América Latina y el Caribe. La articulación entre los sectores educativo y productivo es clave para consolidar una economía resiliente e inclusiva. Es fundamental promover políticas públicas y estrategias de inversión que fomenten capacidades alineadas con los desafíos ambientales y el crecimiento sostenible de la región.
Lograr avanzar en los objetivos climáticos y de desarrollo requiere la implementación de medidas articuladas desde diversos ámbitos sociales, económicos, políticos y culturales. En cada uno de ellos, la acción humana es fundamental para realizar las transformaciones que requiere el planeta.
Las políticas públicas que promueven un desarrollo sostenible deben incorporar cambios en las prácticas de los ciudadanos a todo nivel. Los informes de evaluación de cambio climático destacan que invertir en el capital humano ―la salud, las habilidades y el conocimiento de las personas― es vital para el éxito de estas políticas. Las inversiones críticas incluyen aquellas que aumentan la conciencia sobre el cambio climático, desarrollan habilidades y fomentan la participación de las personas y las comunidades para que inicien y se sumen a la acción climática (World Bank, 2024).
Considerando el valor de la educación para lograr procesos de transformación social, promover nuevos enfoques en los modelos de formación de los ciudadanos, cobra relevancia para alcanzar los objetivos de sostenibilidad del mundo. La incorporación de la educación ambiental y para el desarrollo sostenible desde los primeros años de escolarización hasta la educación básica y secundaria, así como la formación de nuevas habilidades que aporten a la consolidación de formas de producción y consumo más sostenibles, resultan fundamental en los sistemas educativos actuales.
Ante esto, tenemos una ventana de oportunidad para crear nuevos escenarios de diálogo entre los sectores productivos y el sector educativo, para orientar acciones y políticas públicas hacia el desarrollo sostenible, que consoliden el talento humano necesario para liderar la creación y transformación de prácticas de producción más verdes en sectores tradicionales y emergentes. Estas nuevas prácticas deben centrarse en mitigar los impactos del cambio climático, promover las energías renovables, la eficiencia energética, la gestión sostenible de recursos naturales, la conservación de la biodiversidad y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Para lograrlo, es necesario promover la transición hacia una economía sostenible mediante la generación de empleos verdes en todos los sectores. Según la OIT, los empleos verdes son empleos decentes que contribuyen a preservar o restaurar la calidad ambiental en sectores tradicionales (manufactura, construcción) que están adoptando prácticas más sostenibles y/o en sectores emergentes (energías renovables, eficiencia energética, etc.) enfocados en la sostenibilidad ambiental.
La articulación de los sectores productivos y el sector educativo para la promoción de empleos verdes como motor de crecimiento económico sostenible e inclusivo, generan beneficios que trascienden a todos los ámbitos (CAF, 2025):
- En el ámbito social la creación de empleo verde genera empleos dignos y seguros, mejorando las condiciones laborales, promueve la inclusión social al brindar oportunidades a grupos vulnerables y mejora la salud y el bienestar de la población a través de un ambiente más limpio y saludable.
- En el ámbito ambiental el empleo verde contribuye a mitigar el cambio climático al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, conserva la biodiversidad, protege los ecosistemas y especies, y mejora la calidad del aire, el agua y el suelo.
- En el ámbito económico el empleo verde impulsa el crecimiento económico sostenible al crear nuevas industrias y mercados, reduce costos a largo plazo gracias a la eficiencia energética y el uso de recursos renovables, y aumenta la competitividad a través de la innovación tecnológica y la producción de bienes y servicios sostenibles.
- En el ámbito educativo la transición hacia empleos verdes impulsa la actualización de los programas de formación profesional y laboral, asegurando que los jóvenes y adultos adquieran las habilidades y conocimientos necesarios para demandas del mercado de trabajo en este ámbito, contribuyendo a la reducción del desajuste entre la oferta y la demanda de perfiles ocupacionales.
Convertir en una realidad estos impactos, solo puede lograrse con el diseño de políticas públicas intersectoriales donde se promuevan la creación de modelos de formación profesional y laboral para el desarrollo de capacidades en sectores tradicionales mediante la modernización sostenible y para la creación de nuevos empleos verdes en sectores emergentes.
En América Latina y el Caribe, la expansión de modelos de formación profesional y laboral que promuevan empleos verdes deben tener en cuenta cuatro factores fundamentales (CAF, 2025):
- Aumentar la inversión: Se necesita mayor inversión pública y privada para financiar la creación de nuevos programas de formación y fortalecer los existentes.
- Fortalecer el marco normativo e institucional: Es fundamental crear un marco normativo e institucional claro y estable que promueva la inversión en sectores verdes y la creación de empleos verdes.
- Promover la colaboración multisectorial: Se debe fomentar la colaboración entre gobiernos, empresas, instituciones educativas y sociedad civil para el diseño e implementación de programas de formación.
- Difundir las buenas prácticas: Es importante difundir las buenas prácticas y las lecciones aprendidas para inspirar la creación de nuevos programas y mejorar los existentes.
Ante todo esto, CAF –banco de desarrollo de América Latina y el Caribe-, se suma al esfuerzo conjunto y coordinado entre diversos actores de la sociedad para la implementación de acciones, programas, proyectos y políticas que promuevan la creación y consolidación de empleos verdes en toda la región.
Con el objetivo de acompañar a los países a implementar este tipo de iniciativas, CAF tiene un enfoque integral y multidimensional ha diseñado una Guía para la promoción de modelos de formación profesional y laboral que impulsen empleos verdes en América Latina y el Caribe (CAF, 2025).
Esta Guía propone una ruta de trabajo en cuatro fases clave, interconectadas entre sí, que orientan el proceso de transición hacia una economía verde. Estas fases, concebidas como un proceso gradual y estratégico, buscan sentar las bases para un cambio significativo y duradero en la región:
- Comprender el panorama actual del empleo verde: Analizando los sectores productivos con mayor potencial, las barreras existentes y los actores clave involucrados.
- Generar un consenso y una visión compartida: Unificando criterios sobre la importancia del empleo verde, tanto a nivel de los gobiernos como de la sociedad civil, fomentando un cambio cultural y una mayor comprensión de los beneficios de esta transición.
- Establecer un marco sólido para la acción: Diseñando e implementando políticas, programas e iniciativas de formación y capacitación profesional y laboral que impulsen la inversión en sectores verdes y la creación de empleos verdes.
- Asegurar la sostenibilidad de las acciones a largo plazo: Monitoreando los resultados, evaluando la efectividad de las acciones implementadas y fortaleciendo las capacidades institucionales, tanto en el ámbito público como privado.
A través de este enfoque estratégico, CAF promueve la creación de empleos verdes, mediante la consolidación y expansión de modelos de formación profesional y laboral para contribuir a la construcción de un futuro más equitativo, sostenible y resiliente para América Latina y el Caribe.