Diana Buitrago
Ejecutiva, Dirección Desarrollo de Pymes en CAF
La transformación digital se convirtió en la válvula de escape de muchas pymes en la pandemia. Si bien ya se venían adelantando acciones para incorporar a las compañías en un ambiente que les permitiera utilizar la digitalización cómo medio de mejora empresarial, la situación sanitaria aceleró el proceso. De acuerdo con el estudio voz y actitudes de las pymes hacia la tecnología, realizado por Microsoft en 2022, a las empresas que aceleraron su transformación digital les fue mejor que a las que no lo hicieron, reportando crecimiento a través de la centralidad tecnológica. De hecho, 2/3 de las pymes encuestadas para el estudio (2.000 a nivel mundial) señalaron que aumentaron sus presupuestos de TI para el 2023, con enfoque principalmente en eficiencia operativa, marketing y retención de clientes.
Por su lado, en el 2022 EY presentó el Índice de Madurez Digital (IMD), un instrumento de medición que permite comprender el proceso de transformación digital en las empresas visto desde diferentes factores, como la estrategia e innovación, experiencia del cliente, operadores y cadena de suministro, áreas administrativas, información y tecnología, riesgos y ciberseguridad, y cultura y organización. En el caso de Latinoamérica, el nivel de madurez promedio se ubicó en 61,16 en una escala de 100 puntos, lo cual se interpreta cómo “en desarrollo de capacidades digitales”, mostrando que si bien se ha avanzado en el proceso de transformación, aún quedan muchas brechas por trabajar.
A esta evidencia empírica se le suma que las herramientas digitales van cambiando rápidamente, algo que obliga a las empresas a modificar y actualizar sus modelos de gestión. Esto se logra si se establece un desarrollo de capacidades que les permita migrar a un proceso de transformación digital escalonado en las diferentes áreas del negocio, desde el relacionamiento con el cliente hasta la eficiencia en la operación de las cadenas de suministro; el desafío está en convertir a la digitalización en una herramienta clave para la generación de ventajas competitivas y/o comparativas.
Por esta razón, desde CAF estamos impulsando proyectos que estén en el marco de la economía digital, entendida como el desarrollo de tecnologías digitales implementadas a sectores productivos. Un ejemplo de esto es la hoja de ruta de cadenas productivas desarrolladas en el 2022 en Ecuador y en el que se generó un diagnóstico de transformación digital y planes de trabajo para los sectores de textil y confección y logística. A su vez, en el 2023 empezamos a liderar un programa piloto de transformación digital para pymes, que busca generar habilidades digitales a 40 empresas del sector turismo en Costa Rica, República Dominicana, Barbados y Jamaica, que les permita abordar la transformación digital de manera eficiente y utilizar la digitalización para adaptar modelos de negocio sostenibles cómo vehículo para mejorar su productividad y competitividad.
La transformación digital es un camino hacia la generación de oportunidades para las pymes, pero es necesario generar estrategias en el ecosistema que les permitan fortalecer habilidades y utilizar la digitalización cómo pieza clave en el quehacer empresarial. Desde CAF seguiremos articulando a diferentes actores para cumplir este objetivo, así como liderando proyectos que apoyen la economía digital.