Fernando Alvarez
Economista senior, Investigaciones Socioeconómicas, CAF
Como todo proceso de transición, la energética ocasionará disrupciones en distintos mercados, generando ganadores y perdedores. Entender quiénes son resulta fundamental para conocer cuán preparada está una economía para enfrentar el proceso de transición, si existirán resistencias al proceso y para anticiparse a las políticas que serán necesarias para aprovecharla de la mejor manera.
En este blog nos proponemos entender cómo afectará la transición energética el mercado laboral, y en particular si existe una brecha salarial entre los empleos verdes, es decir aquellos que incrementarán su demanda a causa de la transición, y los no verdes. Para realizar esta categorización utilizamos la clasificación que provee la red O*NET (Occupation Information Network), donde las ocupaciones verdes se caracterizan por ser aquellas que verán incrementar su demanda ya sea porque la ocupación se generó a causa de la transición (por ejemplo técnico en paneles solares); porque la ocupación necesitará readecuarse para hacer frente a la transición (por ej. arquitectos que tendrán que necesitarán aprender como adecuar las construcciones para afrontar la nueva transición) y ocupaciones que ya existen, que no verán cambiar las habilidades requeridas pero que verán incrementar su demanda de cualquier forma, como electricistas. Esta categorización se utiliza en datos del programa para la evaluación internacional de las competencias de los adultos (PIAAC por sus siglas en inglés), que provee datos estandarizados en pruebas de habilidades cognitivas, para caracterizar los empleos verdes y responder la pregunta si existe una brecha salarial entre ambos tipos de empleos.
Los datos muestran que el tamaño del empleo verde es de, al menos, 7% y 9% en América Latina y OCDE respectivamente. Los países de América Latina que incluye PIAAC son Chile, Ecuador, México y Perú, y presentan tamaños de entre 5% y 8% al menos. En el cuadro 1, se presentan las diferencias entre distintas características del trabajador y del empleo en ambos tipos de ocupaciones. Se puede observar que existe evidencia de brechas de género. En promedio, la proporción de hombres en empleos verdes en los países de la región es 18 puntos porcentuales mayor que en empleos no verdes. Los empleos verdes muestran mayor incidencia de personas en el rango etario de 31 a 50, mientras que los categorizados como no verdes presentan una mayor proporción de personas con educación superior, excepto en los empleos privados.
En lo que respecta a las características de la empresa y los trabajos, los empleos verdes suelen ubicarse con mayor frecuencia en el sector privado y en firmas de mayor tamaño, y tienen más probabilidades de ser un trabajo formal y a tiempo completo que los empleos no verdes. Respecto a las habilidades requeridas, las personas que trabajan en empleos verdes tienen, en promedio, mejores puntajes en habilidades numéricas o matemáticas, y con mayor intensidad de tareas abstractas y menor de tareas rutinarias.
Para el análisis de la brecha salarial, comparamos los salarios entre trabajadores de ambos tipos de empleos, y encontramos un premio salarial para los empleos verdes. Sin embargo, esto podría deberse a las características de estos empleos, por ejemplo, que suelen estar en empresas de mayor tamaño o que tienen mayor probabilidad de ser formales; o que demandan distintas habilidades, o que tienen mayor proporción de tareas abstractas, que ya sean verdes o no verdes muestran mayores salarios en promedio. Para intentar responder esta pregunta se comparan las diferencias salariales incorporando estas características como controles, es decir, la diferencia salarial que existiría entre ocupaciones para personas y trabajos con características similares.
Para los países de la región la brecha se reduce un 20%, de 0,21 a 0,18, al incorporar los controles por características del empleo, la empresa (especialmente su tamaño), las habilidades de los trabajadores y el nivel de abstracción de tareas en el empleo. Sin embargo, aun incorporando dichos controles, existe una brecha salarial considerable no explicada. En contraste, en los países de la OCDE, la brecha salarial entre empleos verdes y no verdes se reduce al punto de ser estadísticamente no significativa al incluir estos controles.
Este premio salarial que persiste en América Latina apunta a que pueden existir fricciones laborales en la región que dificultan la reasignación de trabajadores entre tipo de empleos. Estas fricciones podrían estar del lado de la oferta, por ejemplo, por un mayor poder de negociación para los trabajadores en ocupaciones verdes, o por el lado de la demanda, por ejemplo, por la existencia de una mayor competencia por los trabajadores por parte de las empresas. Si el primer mecanismo está presente entonces deberían existir diferencias salariales al entrar en los mercados laborales, mientras que si el segundo efecto está presente deberíamos observar heterogeneidad en los salarios a lo largo del ciclo de vida.