Mónica López
Coordinadora Unidad de Transportes, CAF -banco de desarrollo de América Latina-
Comienzo esta reflexión con una pregunta ¿es posible adoptar una filosofía de intervención sobre los caminos rurales que se alinee con el principio de “caminos para quedarse”? Hablamos de caminos poco transitados que ofrecen autenticidad de paisajes y pertenencia al entorno. Estos caminos no son solo rutas físicas, sino hilos conductores de una herencia cultural y natural invaluable. Preservarlos significa fomentar que las comunidades permanezcan arraigadas, evitando el desplazamiento y promoviendo un desarrollo autóctono. La infraestructura, por lo tanto, debe ser un habilitador para mejorar la calidad de vida sin sacrificar nuestras raíces y tradiciones.
Desafíos en América Latina y el Caribe
Hemos oído en innumerables ocasiones que la región de América Latina y el Caribe enfrenta desafíos significativos en materia de infraestructura y desarrollo sostenible. Una brecha significativa que afecta principalmente a las zonas rurales, haciéndolas especialmente vulnerables. Esta situación se correlaciona con altos índices de pobreza, derivados en parte por los bajos índices de accesibilidad rural y transitabilidad vial. Aproximadamente el 90% de la red vial en América Latina y el Caribe es secundaria y terciaria, mostrando una conservación deficiente en la mayoría de los tramos. Esta realidad subraya una necesidad imperante de mejorar la conectividad física para cerrar esta brecha de manera efectiva.
Hacia un equilibrio sostenible
Superar este desafío requiere más que la mera construcción y conservación de los caminos; demanda un enfoque holístico que armonice con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Nos enfrentamos a la necesidad de encontrar un equilibrio entre la superación de las brechas de infraestructura y el cumplimiento de estos objetivos en el ámbito rural.
Este enfoque nos lleva al concepto de “transición justa”, que va más allá de los aspectos económicos o ambientales reconociendo la importancia de abordar las preocupaciones de justicia social y equidad en la lucha contra el cambio climático. Por ejemplo, las acciones relativas a la mejora y rehabilitación de los caminos rurales suelen tener un alto impacto sobre las comunidades, ya que mejora el acceso a servicios públicos básicos durante todo el año como la salud y la educación, genera la apertura a mercados vecinos y abre la oportunidad a nuevos empleos. Así queda reflejado en el video
Además, sabemos que los impactos respecto a las emisiones de gases de efecto invernadero de estos caminos no suelen ser significativas; sin embargo, está demostrado que una mejora en la superficie de rodadura supone un menor consumo de combustible y por tanto una menor emisión de gases2; además de fomentar la economía circular a través de técnicas constructivas que permiten el aprovechamiento de materiales ya existentes como el reciclado de pavimentos. Igualmente, las intervenciones de rehabilitación y mantenimiento de los caminos rurales pueden suponer una mejora respecto a criterios de adaptación al cambio climático en áreas tan importantes para su conservación a largo plazo como los sistemas de drenaje y la estabilidad de los taludes.
Una estrategia para la transformación
La estrategia para transformar los caminos rurales en América Latina y cómo esto puede mejorar la vida de las comunidades locales se detalla en las publicaciones de CAF disponibles en nuestra biblioteca virtual. Explorar estos recursos puede proporcionar una mayor compresión y apreciación de cómo los caminos rurales pueden ser una puerta al desarrollo y la conectividad territorial.
Caminos rurales, una puerta al desarrollo y la conectividad territorial - América Latina
Caminos rurales, una puerta al desarrollo y la conectividad territorial - Brasil
Caminos rurales, una puerta al desarrollo y la conectividad territorial - México