Desarrollo a ambos lados del Atlántico
La relación entre América Latina y España ofrece beneficios mutuos en gestión del agua, cambio climático y desarrollo económico
Además de compartir fuertes lazos culturales, América Latina y España están avanzando para fortalecer una relación comercial y estratégica que les permita ingresar en nuevos mercados y generar nuevas fuentes de riqueza y conocimiento.
Con el fin de enfrentar de manera inteligente y eficiente los grandes retos globales plasmados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en la Cumbre del Clima, es clave tener una visión renovada del desarrollo que permita aprovechar conjuntamente las nuevas oportunidades. Así se logrará impulsar la capacidad de las dos regiones para brindar soluciones, innovación, empleo y bienestar para todos sus ciudadanos.
En este sentido, es crítico fortalecer y crear puentes de intercambio de conocimiento entre España y América Latina que respondan a problemas reales. El potencial es inmenso y los cambios que pueden realizarse en un corto lapso son significativos. En materia de empleo, por ejemplo, en la primera década de este siglo Latinoamérica creó unos 35 millones de nuevos puestos de trabajo y, simultáneamente, más de 50 millones de latinoamericanos dejaron la pobreza.
Actualmente, a pesar de la reducción de los precios de las materias primas y de los productos de exportación, la tasa media de desempleo en la región es del 6.6%, medio punto menos que los países OECD y 18 puntos por debajo que España, donde la dificultad de retomar adecuados niveles de crecimiento se ha convertido en uno de los principales frenos para la generación de empleo.
El aumento de la clase media en América Latina y el mercado potencial que representa, la abundante dotación de recursos naturales (como agua, tierras y energía), o el incremento de la demanda mundial de agua, son argumentos adicionales en favor de una asociación más cercana.
Por su parte, España tiene excelentes ejemplos de desarrollo de infraestructuras, de exportación agrícola, de desarrollo turístico y de gestión de energías renovables que podrían ser de gran utilidad para muchos de nuestros países.
En este sentido, una buena muestra de cómo puede materializarse una colaboración eficiente entre ambas regiones es la celebración de los Diálogos del Agua, un evento que reunirá en Madrid, el próximo 6 de septiembre, a líderes del sector público y privado de América Latina y España para intercambiar experiencias sobre las mejores medidas para mejorar la gestión y el financiamiento de las infraestructuras de agua.
Durante el foro, organizado por CAF -Banco de Desarrollo de América Latina- con el apoyo del Gobierno de España, se identificarán posibles sinergias para desarrollar programas de asistencia técnica, capacitación, investigación y desarrollo tecnológico, y se debatirán los presupuestos necesarios para la financiación y gestión de proyectos hídricos.
En cuestión de agua y saneamiento, España puede presumir de una buena gestión de los recursos hídricos, a pesar de que la distribución heterogénea de los recursos demandó grandes inversiones en infraestructura y un importante conocimiento técnico y científico para trasladar el agua a los lugares donde escaseaba. Esta experiencia puede servir a Latinoamérica, donde 34 millones de personas carecen de acceso a agua potable y más de 100 millones no tienen saneamiento básico, especialmente agrupados en zonas rurales y en las zonas informales de las grandes ciudades.
El evento también se constituye como una fórmula para encontrar las inversiones necesarias para mejorar las grandes infraestructuras para el desarrollo agrícola y de otros sectores de las economías de América Latina.
Se calcula que con inversiones del 0,3% del PIB entre 2016 y 2030, la región podría alcanzar una cobertura casi universal en agua potable y saneamiento, incrementar la infraestructura de drenaje urbano hasta un 85% y lograr una cobertura de 64% en el tratamiento de aguas residuales.
Cabe destacar que las conversaciones relacionadas con mejorar la gestión del agua no se limitan a la geografía iberoamericana, sino que trascienden al resto del mundo, por ser un recurso que será cada vez más escaso y que por lo mismo deberá gestionarse más eficientemente. Así por ejemplo, la seguridad hídrica tendrá un lugar preponderante en la cumbre global Hábitat III, ya que de ella depende que todos los habitantes urbanos tengan acceso a servicios de agua y saneamiento de calidad. O en la cumbre climática mundial COP 22, que también dedicará al agua una posición destacada.
La seguridad hídrica está llamada a convertirse en pieza clave para preservar la estabilidad económica y social del planeta, que cada día ve aumentar la intensidad en fenómenos naturales que provocarán a la larga más inundaciones en algunos lugares y sequías en otros.
En un mundo cada vez más interconectado, este tipo de iniciativas son imprescindibles para encontrar soluciones eficientes a problemas reales. En el caso de España y Latinoamérica, el intercambio de conocimiento y experiencias es una buena vía para impulsar tanto el crecimiento económico como el desarrollo integral a ambos lados del Atlántico.