Por qué es importante la hidroenergía y cuál es su potencial en América Latina
Latinoamérica cuenta con el 33% de los recursos hídricos renovables del mundo, pero solo ha desarrollado el 23% de su potencial hidroeléctrico.
América Latina sobresale como una de las regiones más ricas en recursos hídricos: cuenta con 5 de los ríos más importantes del mundo (entre ellos el Amazonas, Orinoco, Río Negro, Paraná y Río Madera); 3 de los lagos más grandes a nivel mundial; y, además, Brasil tiene un quinto de los recursos hídricos del planeta.
Estos bastos recursos naturales suponen una oportunidad inigualable para aumentar la cobertura, asegurar que todos los latinoamericanos tengan acceso seguro a energía y para incentivar el crecimiento económico.
Por ejemplo, la hidroenergía, que se refiere a la capacidad de generar energía a partir de la fuerza del movimiento del agua, ha sido adoptada en numerosos países, pues ofrece beneficios importantes, como son sus bajos costos operacionales, los usos alternativos de su infraestructura o la baja contaminación que produce al estar libre de emisiones de CO2.
Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la hidroenergía ha generado más electricidad que el resto de las energías renovables juntas a nivel mundial, por lo que representa una alternativa para los países que dependen del precio de los commodities en el mercado internacional para proveer el servicio energético.
Esta tecnología ha estado liderada por países como China, Estados Unidos, Canadá, Rusia e India. No obstante, América Latina ha hecho avances importantes en este sentido. En primer lugar, el 50% de su generación eléctrica proviene de la hidroenergía, hecho que nos convierte en la región con la matriz energética más limpia del mundo.
Adicionalmente, Latinoamérica tiene el 20% de la capacidad hidroeléctrica instalada a nivel mundial y Brasil se ha convertido en el segundo mayor productor hidroeléctrico del mundo, por detrás de China.
De todas formas, aunque el potencial hidráulico de la región es muy grande y abastece la mitad de las necesidades eléctricas de los latinoamericanos, se estima que solo ha desarrollado aproximadamente 20 o 25% de su potencial total. Por ello, uno de los mayores retos que enfrenta América Latina es identificar su potencial hidroeléctrico para así ampliar sus perspectivas de generación energética de forma sustentable. En este sentido, el Programa de Hidroenergía Sostenible, desarrollado por CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, pretende potenciar el uso sustentable de los recursos hídricos con los que cuenta la región, en alianza con las autoridades nacionales y regionales, de tal manera de apuntalar uno de sus objetivos estratégicos como es el apoyo al desarrollo sostenible de sus recursos naturales.
El programa está diseñado para apoyar los países en tres puntos principales: la identificación del potencial hidroeléctrico remanente en los países de América Latina, elaboración de portafolios de proyectos de centrales hidroeléctricas y rehabilitación de centrales hidroeléctricas maduras con el objetivo de aumentar su vida útil, así como mejorar la eficiencia de la infraestructura existente.
CAF ha hecho avances importantes en este sentido, ya que a través de convenios y alianzas estratégicas con instituciones como ENDE en Bolivia, y ELETROBRAS en Brasil, actualmente lleva adelante estudios del potencial hidroeléctrico en la Cuenca Río Madera. Además, se culminó exitosamente el estudio en Sao Paulo, Brasil, en el que se consiguió identificar una cartera de 687 aprovechamientos de pequeñas y mini centrales hidroeléctricas factibles a nivel técnico y económico, con un potencial estimado de 500 kv. También se apoyaron estudios en Perú y Bolivia para determinar el potencial hidroeléctrico remanente tanto de algunas cuencas como a nivel nacional.
Próximamente esperamos lanzar el primer Atlas Hidroenergético a nivel Regional, a través del cual se podrá obtener una estimación del potencial hidroeléctrico a nivel regional y nacional, a partir de una metodología y base común de cálculo de países como Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Venezuela y así identificar su potencial hidroeléctrico remanente, así como delimitar las zonas que presentan posibilidades de generación hidroeléctrica susceptible de ser explotada de manera sustentable.