El mercado de cacao fino y de aroma: un camino alternativo para América Latina
El cacao es una de las banderas emblemáticas de algunos programas de cooperación de apoyo al desarrollo sostenible de América Latina.
Las recientes oscilaciones en la estructura de precios del commodity del cacao perjudican el comercio internacional y principalmente a los pequeños productores, quienes vieron los precios de su oferta caer cerca del 40% entre mediados del 2016 e inicios del 2018.
De acuerdo con la Organización Internacional del Cacao (ICCO), alrededor del 80% de los productores de cacao tienen una renta media en esta actividad de USD$ 2 por día, cultivan cerca de 5 hectáreas por familia y concentran apenas el 3% del total de los beneficios generados en la cadena de valor.
Estos indicadores generales ilustran que la actividad productiva del cacao a nivel mundial se mantiene por la labor de un segmento de la población rural de baja renta, para quienes los servicios públicos de calidad en educación y salud suelen ser escasos, siendo por lo tanto más vulnerables y sensibles a la volatilidad de los precios de sus productos.
Mitigar la volatilidad de los precios del cacao es parcialmente posible. Sin embargo, las herramientas de mercado disponibles, por el momento, no alcanzan a la gran mayoría de los productores.
Algunas de las herramientas disponibles para mitigar alteraciones en los precios del cacao son:
- manejar la capacidad de producción con informaciones de inteligencia de mercado evitando la sobre oferta;
- realizar contratos con precios a futuro previamente establecidos;
- desarrollar relaciones comerciales más duraderas con compradores dispuestos a pagar precios superiores por ofertas certificadas y que atienden estándares de calidad previamente acordados.
La caída del precio del cacao se arrastra desde Junio/2016, con precio de USD$3,122/ton, alcanzando su valor más bajo recientemente en Diciembre/2017, USD$ 1,910/ton. Esto redujo significativamente los ingresos de los productores y, consecuentemente, el grado de confianza que depositan en el cacao como un cultivo alternativo, por ejemplo a la hoja de la coca, o a otras actividades informales de extracción y de alto impacto ambiental, como la minería informal.
Esto refleja que los impactos de la caída del precio del cacao pueden ir más allá del impacto directo en la renta del productor. Vale destacar que el cacao es una de las banderas emblemáticas de algunos programas de cooperación de apoyo al desarrollo sostenible de América Latina.
Se estima que entre 2007 y 2017 más de USD$ 600 millones de dólares han sido donados y/o invertidos en países de América Latina través de programas y proyectos de colaboración internacional. Todo indica que este es el momento adecuado para que los actores clave implicados en la cadena de valor del cacao fino y de aroma se articulen e impulsen este segmento, diversificando el riesgo de los productores y desarrollando cadenas de valor orientadas a mercados especializados.
En este sentido, la Iniciativa Latinoamericana del Cacao es un proyecto liderado por CAF que impulsa un movimiento efectivo de colaboración regional para estimular el desarrollo de este segmento. El proyecto cuenta con la participación de nueve países que concentran el 90% de la producción mundial de cacaos premium a nivel mundial, colaborando en la articulación de consensos y generación de referencias técnicas.