¿Por qué los bancos de desarrollo?
Este blog está escrito por Jorge Arbache y Juan Carlos Elorza
La pandemia del COVID 19 ha obligado a gobiernos de todo el mundo a retomar la intervención directa contracíclica destinada a impedir, superar o minimizar los efectos del paro económico ocasionado por las medidas de confinamiento social.
Entre otras acciones, todos los países de América Latina han tomado medidas para transferir recursos al sistema financiero, las empresas y las personas con el objetivo de sostener la actividad económica, los empleos y, por supuesto, el ingreso de las familias.
Para lograr este propósito, los Bancos de Desarrollo (BD) resultan actores clave en la ejecución de las políticas y medidas que se están adoptando. Creados en América Latina como ejecutores del rol contra cíclico de los estados, con el tiempo se han convertido en un eficaz instrumento de apoyo para el desarrollo productivo y social. Su acción estratégica se extiende más allá de la crisis y los convierte en un instrumento importante para la recuperación económica y social.
Sin embargo, las políticas contracíclicas efectivas requieren de recursos financieros suficientes, complementados con diferentes formas de crédito contingente y el desarrollo de una rápida capacidad de endeudamiento en mercados internacionales. Allí entra en escena la banca multilateral. En este sentido, CAF puede potenciar la capacidad de acción de los mismos en las estrategias para mitigar el impacto de la crisis y promover la reactivación del aparato productivo. A los recursos financieros, podemos integrar buenas prácticas para la gestión efectiva de la crisis y ofrecer alternativas en la toma de decisiones sobre el mejor uso de los recursos, además de asistencia técnica y conocimiento en varias áreas de la reactivación y la política económica en general.
El potencial de los BD se basa en la capacidad y experiencia para generar externalidades positivas en sectores económicos con restricciones de financiamiento, en particular las mipymes, pues promueven y facilitan los recursos a plazos más largos que los que ofrece la banca comercial en condiciones normales; contribuyen con la profundización financiera en todos los segmentos poblacionales y empresariales; y ayudan a movilizar recursos de terceros inversionistas (públicos y privados) compartiendo el financiamiento o los riesgos en líneas y proyectos.
Los BD también financian sectores y actividades cuyas tasas de retorno social, más allá del económico, sustentan su accionar como instrumento que administra recursos públicos. Proveen servicios financieros y no financieros para empresas, tanto en sectores excluidos, como en sectores estratégicos e impulsan el desarrollo empresarial y tecnológico mediante instrumentos financieros acordes con el perfil de los clientes y de los intermediarios que muchas veces utilizan.
Cabe recordar que los BD han sido aliados naturales de CAF y se ha desarrollado con ellos una estrecha relación mediante diversas modalidades de operaciones, como líneas de crédito, préstamos, inversiones patrimoniales y asistencia técnica. Contamos con una relación de negocios con 17 de los principales bancos de desarrollo de la región en 11 países miembros. Las operaciones totalizan aprobaciones de crédito por USD 1.844 millones y una exposición total de aproximadamente USD 1.000 millones.
Nuestro objetivo es ampliar aún más esta relación, de manera articulada con recursos de asistencia técnica para el intercambio de experiencias y el fortalecimiento institucional de estos bancos, el diseño o adaptación de productos, el relevamiento de casos de éxito, entre otras actividades.
La experiencia y el conocimiento de los BD de las necesidades del aparato productivo en cada uno de los países donde actúan, los coloca en una posición privilegiada para ser socios que nos permitan catalizar la oferta de recursos de CAF hacia el sector privado y estimular la demanda de financiamiento para la recuperación de la actividad económica luego de la cuarentena, con múltiples beneficios en términos de efectividad en el impacto, pertinencia, eficiencia operativa y riesgo financiero.
En términos generales, una alianza con los BD nacionales durante la crisis y la fase de reactivación económica tendrá impactos deseables y propios de nuestra misión, por lo menos de las siguientes maneras:
- Ampliaremos la capacidad y alcance de los programas y estrategias de financiamiento de CAF y de los propios BD nacionales o subnacionales, mediante la colocación de recursos con liquidez, garantías y apalancamiento para la atracción de inversiones.
- Podremos asignar de manera más efectiva los recursos y esfuerzos para la atención en sectores vulnerables y en sectores críticos para la recuperación del aparato productivo, gracias a la vocación y experiencia que tienen los BD sobre el particular (microfinanzas rurales y urbanas, mipymes, infraestructuras productivas, salud, inversiones en transformación energética, turismo, inversiones en transformación digital, ayudas a los gobiernos subnacionales, innovación empresarial, entre otros).
- Desarrollaremos actividades de promoción de nuevos estándares de gestión y análisis crediticio, en consonancia con los avances en la digitalización financiera y la administración de grandes bases de datos.
- Diseñaremos e implementaremos instrumentos y productos innovadores para la atracción de capital privado, además de las garantías de crédito: instrumentos de mercado de capital, fondos de capital privado paralelos y mercados de bonos.
- Profundizaremos las estrategias nacionales y de CAF para cerrar la brecha de financiamiento de las mipymes.
- Impulsaremos más efectivamente al sistema de mipymes financieras tecnológicas (fintechs), como estrategia para aumentar los índices de inclusión financiera.
- Solucionaremos problemas de coordinación entre el sector público y privado para el financiamiento de bienes públicos y otras actividades con alto retornos sociales.
Como se puede apreciar, existe una gran oportunidad de capitalizar la experiencia de los equipos de CAF para potencia la relación con los BD de la región y fortalecer una agenda de trabajo que genere economías de escala, acelere el aprendizaje entre bancos y la adecuación de la oferta financiera y no financiera para enfrentar los retos en materia de recuperación económica de los países de la región.
Más importante aún es que, si bien la actual coyuntura ejerce una tremenda presión para que los BD se aboquen a resolver las emergencias de corto plazo, la actuación complementaria de CAF será una plataforma para mantener el compromiso de estas instituciones con el desarrollo sostenible, sostenido e incluyente en el mediano y largo plazo.
En definitiva, ¿por qué los bancos de desarrollo? Porque son los aliados perfectos para que CAF desarrolle un programa financiero integral que de manera oportuna, relevante y eficaz nos permita respaldar las medidas de emergencia de los diferentes países miembros y, con ello, mitigar los efectos de la crisis y ayudar a reactivar y dinamizar las economías de la región.