Desafíos para el capital de riesgo en tiempos de Covid-19
La inesperada coyuntura generada por el COVID-19 pone en jaque a las empresas de todos los tamaños, golpeando a algunas más que a otras y parando las posibilidades de nuevas inversiones.
Los gobiernos de la región han promovido diversas iniciativas para ayudar a impulsar el desarrollo y andamiaje de las micro, pequeñas y medianas empresas que, en líneas generales se han encaminado a darles un respiro financiero e impositivo. Sin embargo, muchas de estas ayudas no son integrales, es decir, se otorgaron financiamientos sin garantías del Estado, por lo que los bancos siguen evaluando a las empresas y emprendedores. A esta situación se suma que tradicionalmente los servicios financieros convencionales no suelen financiar actividades de alto riesgo, lo que abre las puertas para desarrollar la industria de venture capital o capital de riesgo.
La situación del capital de riesgo en América Latina ha cambiado producto del coronavirus. Los efectos han sido una menor liquidez de las empresas, retraso en los planes originales de creación de valor, reducción significativa en las operaciones normales y, en algunos casos, el cierre definitivo. No hay duda de que, bajo estas circunstancias, las inversiones se frenarán, las hojas de términos podrían cambiar y muchos fondos de inversión se centrarán en ayudar a los startups.
Sin embargo, los escenarios son diversos, ya que algunas de las startups de estos VC se han descapitalizado por la escasez de consumidores, mientras que otras, como las startups de logística, telemedicina o tecnología focalizada, están experimentando elevados niveles de crecimiento. Como consecuencia, cada fondo de VC considera diferentes estrategias para ayudar a sus compañías del portafolio a sobrellevar la situación, en función a diversas variables como son la industria, el mercado, el tamaño de la empresa, el encadenamiento productivo de éstas, entre varias otras consideraciones. Los gestores están realizando esfuerzos para buscar alternativas de financiamiento a las empresas del portafolio, para reducir el impacto que la crisis les presenta, donde los entes gubernamentales, la banca de desarrollo local y las instituciones multilaterales pueden tener un rol importante.
Medidas prudenciales para enfrentar esta crisis
En primer lugar, es necesario garantizar la liquidez. Los ingresos de las startups y empresas en general se han reducido por la falta de consumo y de liquidez, producto también de las medidas necesarias de aislamiento social. Las empresas que sepan achicarse, optimizar sus procesos, ajustar su presupuesto, gestionar adecuadamente su flujo de caja, refinanciar sus obligaciones con proveedores y reestructurar sus costos, podrán salir fortalecidas.
En segundo lugar, se deberán estructurar instrumentos de inversión. En un escenario de pérdida de valoración empresarial, salir a buscar nuevos capitales o realizar nuevas inversiones en el portafolio actual (follow-ons) será más complicado. Por lo tanto, se debe considerar el estructurar otros instrumentos financieros como acciones preferentes, notas convertibles u opciones que no se basen en una valoración implícita de la sociedad y que pudieran perjudicar en las siguientes valoraciones futuras. Será importante dar prioridad al tamaño de la inversión frente a la valoración, considerando además que las valoraciones sufrirán correcciones significativas.
Tercero, es necesario fortalecer las acciones de las asociaciones de VC. Tanto los fondos emergentes como los emprendedores más jóvenes necesitarán de un apoyo estratégico de parte de las asociaciones de VC. Las asociaciones serán relevantes para fomentar políticas conjuntas de acción manteniendo la liquidez en el mercado de venture capital, aunque se espera que los fondos prioricen a las empresas de su portafolio, por supuesto.
Cuarto, se requiere de apoyo estatal. Las medidas de los gobiernos ante esta crisis fueron diversas para reactivar la economía y evitar que se quiebre la cadena de pagos. La pandemia podría dar a las startups una oportunidad para acceder a financiamiento de capital de trabajo en condiciones convenientes como lo realizado por el Programa Reactiva Perú o por el fondo de apoyo a los startups implementado en el Reino Unido. Por otra parte, el apoyo estatal también deberá estar dirigido a crear las condiciones regulatorias idóneas para promover la industria de capital de riesgo y que invite a potenciales inversionistas locales e internacionales a formar parte de la industria de venture capital en los países donde aún no la hay o es incipiente.
La industria de capital de riesgo saldrá fortalecida de esta difícil situación que afecta a todos los sectores económicos, para continuar promoviendo el emprendimiento, la generación de empleo, la innovación, la internacionalización y la profesionalización de la región. Es precisamente el carácter ágil, innovador y digital de las startups lo que hará que sean las que más rápido puedan recuperarse. Pronto tendremos una nueva realidad a la que deberemos adecuarnos rápidamente o, mejor aún, anticiparnos.