Economía circular: clave para impulsar la productividad
La Economía Circular (EC) está reorientando muchos de los sistemas productivos tradicionalmente lineales –producir, usar y desechar- hacia modelos que permiten alargar la vida útil de los productos, reusarlos, recuperarlos y/o repararlos, y en últimas, reciclarlos para convertirlos en otros materiales útiles para el mismo proceso productivo o para trasladarlo a otras industrias.
Además de ser soluciones ecoeficientes, buscan la eco-efectividad reduciendo la dependencia permanente de nuevos flujos de materiales. Por lo tanto, es también una estrategia de eficiencia en la cadena de suministros y de reducción de costos de abastecimiento y disposición final.
Europa materializa ya en marcos normativos y de inversión su transición hacia modelos de producción sostenible. Con antecedentes en varios de sus países -España y Holanda por ejemplo- recientemente el Pacto Verde Europeo emitió un Plan de Acción de Economía Circular centrado en: electrónica y TIC, baterías y vehículos, envases y plásticos, textiles, construcción y edificios, y cadena agroalimentaria. China no quiere quedarse atrás, ya en el 2008 formalizó su Ley de Promoción de la Economía Circular y en el 2016 su Instituto del Sistema Económico y Administración del Desarrollo Nacional inició acercamientos de cooperación con la UE para avanzar con mucho mayor firmeza en la implementación.
En América Latina tenemos casos de empresas que han avanzado en rediseñar sus procesos bajo los preceptos de ecoeficiencia y eco efectividad de la EC. Sin embargo, ¿Contamos en nuestros países con marcos normativos y promotores que alienten esta transición? América Latina tiene un nivel mucho menor de implementación en comparación con la UE y Asia, y un desarrollo de normativas mucho más reciente, sin embargo, veremos tan solo tres casos que permiten contextualizar cómo las estrategias de desarrollo económico de nuestros países empiezan ya a incorporar esta visión.
Chile cuenta con un Plan Nacional de Consumo y Producción Sustentables 2017-2022, que propone: “Desarrollar, implementar y fortalecer mecanismos que permitan prevenir la generación de residuos y valorizar los residuos generados por todos los sectores de la economía, mediante la aplicación de herramientas financieras y educacionales que consideran conceptos como eco-diseño y economía circular”, así como una Política Nacional de Residuos 2015-2025. En cuanto a institucionalidad, el Ministerio del Medio Ambiente ha conformado una Oficina de Economía Circular, que entre sus actividades plantea desarrollar programas de investigación e innovación de materiales (Ecodiseño) y de recuperación de materiales con apoyo de los Centros de Investigación, Universidades, y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático.
Por su parte, Colombia ha formulado el 2019 una Estrategia Nacional de Economía Circular, que propone “implementar estrategias e instrumentos económicos para que los sectores productivos sean más sostenibles, innovadores y reduzcan los impactos ambientales, con un enfoque de economía circular”, reflejando la visión del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, que menciona expresamente a la EC. La política plantea líneas de acción priorizadas con indicadores concretos en materia de: intensidad energética, productividad hídrica, tasa de reciclaje y reducción de gases efecto invernadero con metas al 2030.
De manera similar, Perú en su Plan Nacional de Competitividad y Productividad 2019-2030, plantea en el Objetivo Prioritario 9 - Sostenibilidad Ambiental: “(…) la adopción de métodos de producción y patrones de consumo que fomenten nuestro tránsito hacia una economía circular”. Se define un primer hito, que consiste en un piloto de financiamiento para un sector y estrategias de financiamiento definidas para agricultura, transporte y comunicaciones, producción e industria, energía y minas, vivienda – construcción y saneamiento. En avance, se emitió este año el Decreto Supremo 003-2020-PRODUCE, del Ministerio de Producción que aprueba la Hoja de Ruta hacia una Economía Circular en el Sector Industria (manufacturas e industrial pesquero), y se está trabajando en los del Sector Agricultura y Riego y Sector Pesca.
Para CAF resulta relevante identificar que las políticas públicas para la productividad y competitividad de varios de nuestros países establecen ya medidas concretas en materia de EC, orientadas a sectores estratégicos y con metas claras, lo que nos permitirá en el futuro cercano acompañar acciones que afiancen estos nuevos modelos de producción sostenible en América Latina.