Hacia la “nueva normalidad”: ¿qué políticas para el control de la pandemia deberían reforzar los países?
Este blog fue escrito en conjunto por Anabella Abadi, Lucila Berniell, María Andreina Cantele y Gustavo Fajardo.
Excerpt: se propone un tablero para monitorear e identificar espacios de política en los que ahondar esfuerzos en cada país para mantener el delicado balance entre el control de la pandemia y la reactivación económica.
Cuando se presentó evidencia de que la pandemia había puesto pie en nuestro lado del mundo, los países de la región comenzaron a implementar programas de confinamiento para disminuir la expansión de la COVID-19. Sin embargo, tras varios meses, los gobiernos comenzaron a promover una “nueva normalidad” con medidas de confinamiento menos rigurosas (ver Gráfico 1), principalmente por la necesidad de reactivar las economías locales.
A mediados de abril 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó seis recomendaciones clave para pasar a una nueva normalidad y aun así “evitar la intensificación de la transmisión y conservar un estado estable de bajo nivel de transmisión o de ausencia de transmisión”: (1) que la transmisión esté controlada; (2) que los sistemas sanitarios y de salud pública tengan suficientes capacidades para la detección, tratamiento y aislamiento de contagiados (TTI); (3) que los riesgos de brotes en situaciones de alta vulnerabilidad sean mínimos; (4) que se hayan establecido medidas preventivas en los lugares de trabajo; (5) que se gestione el riesgo de casos importados; y (6) que las comunidades comprendan y estén totalmente comprometidas con la transición y sus implicaciones.
¿Cómo monitorear las políticas de control de la pandemia de los países?
Existen múltiples iniciativas para poner a disposición de gobiernos, investigadores y la ciudadanía en general tableros de seguimiento de políticas y estrategias ante la pandemia (trackers). Entre estas herramientas se destaca la elaborada por un equipo en la Universidad de Oxford, publicada bajo el nombre de OxCGRT (Coronavirus Government Response Tracker), pero muchos otros esfuerzos liderados por distintas entidades gubernamentales y no gubernamentales en el mundo contribuyen en la misma dirección. Con el objetivo de generar una herramienta estandarizada de monitoreo para los países miembros de CAF, identificamos desde estas fuentes docenas de indicadores de políticas de control que son de libre acceso y actualización frecuente y luego los organizamos siguiendo los seis criterios de la OMS. Nuestra herramienta de monitoreo incluye finalmente 21 variables que cubren las seis áreas de política mencionadas y que agrupan información de distintas fuentes externas, que incluyen OxCGRT, OECD, CEPAL, Our World in Data y datos de movilidad de Google.
El objetivo de esta herramienta de monitoreo es identificar espacios de política en los que ahondar esfuerzos en cada país. Por ejemplo, y tal como se refleja en la Tabla 1, los valores asociados a colores amarillo y rojo ofrecen oportunidades claras de mejora. Asimismo, esta herramienta de monitoreo permite hacer un seguimiento temporal de las medidas que va tomando cada país, las cuales se espera varíen de acuerdo a la evolución de la pandemia.
Un aspecto importante a destacar en la construcción de las 21 métricas que siguen la evolución de las seis dimensiones planteadas por la OMS es cómo clasificar el grado de avance en cada una. A este fin, tomamos un enfoque práctico en el cual categorizamos a las variables en tres posibles niveles, que asociamos a colores en modo “semáforo”: (1) verde: el país cumple en términos generales con criterio recomendado por la OMS; (2) amarillo: cumple medianamente; y (3) rojo: no cumple. Los espacios en blanco indican que, a la fecha registrada, no hay información sobre el criterio monitoreado en el respectivo país. Por tanto, si un país tiene todos sus valores en verde, puede esperarse que, de mantener sus políticas de control, la pandemia quede controlada. Puede esperarse lo contrario si dominan valores amarillos o rojos. En un próximo post en Visiones analizaremos cómo han ido cambiando en el tiempo y para distintos países los colores de estos semáforos.
Del dicho al hecho: limitaciones en el cumplimiento de las normas de control
Las variables en la Tabla 1 solo refieren a reglas y anuncios formales. Por ejemplo, se trata de disposiciones respecto al uso obligatorio del tapaboca o a restricciones de movilidad entre localidades, las cuales son medidas “de jure”. Sin embargo, las “de facto” pueden diferir sensiblemente, ya que es posible que las disposiciones no se estén implementando, monitoreando y cumpliendo a cabalidad.
La efectividad real de las estrategias depende de: (1) la capacidad de los gobiernos para mantener la infraestructura, equipamiento y provisión de espacios habilitados para testeo, tratamiento y aislamiento; (2) la capacidad de los gobiernos para monitorear el cumplimiento de las regulaciones impuestas; (3) el compromiso de la ciudadanía.
Este último punto es importante porque muchas de las medidas tomadas, especialmente las de confinamiento, son costosas para la población. Por tanto, no sorprende que en la mayoría de los países de la región se evidencie cierto incumplimiento de las normas de control de la pandemia.
Para evaluar este importante aspecto, construimos una medida de cumplimiento de las restricciones de aislamiento y distanciamiento social que computa una suerte de diferencia entre lo “de jure” (promediando las métricas de distanciamiento y aislamiento preventivo contenidas en OxCGRT) y lo “de facto” (utilizando métricas de movilidad de los hogares de Google Mobility Report). Valores positivos indican “incumplimiento”, mientras que valores negativos indican “sobrecumplimiento”. Como puede verse en el Gráfico 2, el incumplimiento ha ido creciendo en el tiempo para la mayoría de países. Además, ese gráfico permite comparar cómo ha cambiado este incumplimiento de acuerdo a la evolución de la pandemia, la cual está medida por cambios en el valor , o factor de reproducción de los casos COVID-19 (en caso de superar el valor 1 implica peligro de escalada). Como puede apreciarse, en muchos países el incumplimiento aumentó aun cuando la pandemia no estuvo controlada (Rt>1).
Gráfico 2. Incumplimiento de las normas de control de la pandemia
Es necesario un comentario final sobre la utilidad de este tipo de herramientas de monitoreo de políticas: la información provista nunca debe sustituir el conocimiento específico de los tomadores de decisión en cada país, sino solo complementarlo. Tanto las imperfecciones en la generación de indicadores como la ya comentada distancia entre lo dicho y lo hecho implican que tableros, como el aquí presentado, sean útiles cuando son analizados en conjunto con otras características contextuales que determinan el devenir de la pandemia en cada país. Sin embargo, la información reportada en el tablero resulta útil para tener una visión integral y rápida sobre la adopción de los criterios de la OMS en cada país y para identificar potenciales áreas a reforzar y así colaborar con los países en su denodada lucha contra la pandemia.