Habilidades socioemocionales: ¿Cuál es la situación en la región y qué se puede hacer para promover su desarrollo?
El cierre de escuelas y la suspensión de clases presenciales provocada por la pandemia del COVID 19 ha tenido consecuencias sobre el bienestar y desarrollo socioemocional de los niños, niñas y jóvenes, tal como muestra un estudio reciente de UNICEF realizado en 2020 para nueve países. Si bien la importancia que tiene el desarrollo de habilidades socioemocionales sobre los logros presentes y futuros de las personas ya había sido ampliamente reconocido, la irrupción de la pandemia ha puesto aún más en evidencia la necesidad de expandir y mejorar el abordaje del aprendizaje socioemocional desde varios ámbitos, en particular desde el sistema educativo.
¿Por qué son importantes las habilidades socioemocionales? Estas habilidades refieren a dimensiones de la personalidad y de la capacidad de regulación de las emociones de las personas (tales como la perseverancia, el autocontrol, la autoconfianza, la resiliencia, entre otras) y se ha encontrado (ver RED2016) que están positivamente correlacionadas con los desempeños educativos, con resultados laborales (en particular, mayor participación laboral y probabilidad de tener un empleo) y con otras dimensiones de la vida y la inserción en la sociedad, como la participación ciudadana y el nivel de satisfacción con la vida. Asimismo, tanto las habilidades cognitivas como socioemocionales están frecuentemente interconectadas y los niveles de ambos tipos de habilidades en un momento dado afectan el desarrollo de esas habilidades en el futuro. Finalmente, varios estudios han documentado que gran parte de las destrezas valoradas por empleadores refieren a habilidades socioemocionales.
¿Cómo se sitúa América Latina en cuanto al desarrollo de habilidades socioemocionales? Un estudio de CAF, que obtiene una medida comparable de dichas habilidades en jóvenes a los 15 años de edad de varios países a partir de las respuestas en las pruebas internacionales PISA, encuentra que, al igual que lo que se ha constatado en relación a habilidades cognitivas, los estudiantes de América Latina también muestran un rezago en el desarrollo de habilidades socioemocionales referidas principalmente a motivación, capacidad de concentración y perseverancia. Y a nivel de la población joven y adulta, existen grandes desigualdades en la acumulación de estas habilidades según el nivel socioeconómico tal como se evidencia en el RED2016.
¿Cómo promover el desarrollo de habilidades socioemocionales en los niños, niñas y jóvenes? Un primer paso crucial es poder medir estas habilidades para poder comprender el estado actual entre los niños, niñas y jóvenes y diseñar políticas para promover su desarrollo. La medición no es sencilla porque en general se mide de modo indirecto, usando auto reportes, informes de observadores o a través de registros administrativos sobre aspectos del comportamiento del estudiante, tales como inasistencias o amonestaciones por conducta. Existen distintos tipos de medición que se han utilizado en América Latina y países de la OECD, cada uno de ellos con ventajas y desventajas, como se documenta en un informe de CAF y otros.
Es importante, por un lado, contar con mediciones a escala, que, junto con el diagnóstico de desempeño académico proporcionen a los tomadores de decisión información poblacional que permita identificar hacia dónde orientar las políticas y programas para desarrollar estas habilidades. Pero también es deseable implementar evaluaciones formativas, administradas desde los propios centros educativos con el fin de que los docentes y personal de las escuelas dispongan de una herramienta para aplicar y tener la información de sus estudiantes en forma oportuna para poder empezar a diseñar acciones pertinentes. Un ejemplo reciente es una aplicación desarrollada durante la pandemia y con el fin de apoyar al personal educativo en el diagnóstico de habilidades cognitivas y socioemocionales y orientar las decisiones de apoyo pedagógico llamada Diagnóstico Integral de Aprendizaje, desarrollado por la Agencia de Calidad de la Educación, de Chile. Otro ejemplo interesante es la herramienta desarrollada por MESACTS, que incluye una escala de emociones positivas y negativas y profundiza sobre los motivos de preocupación.
Otro aspecto importante a considerar es la formación socioemocional de educadores. Siendo que los docentes son los principales implementadores de programas para el fortalecimiento de habilidades socioemocionales de niños, niñas y jóvenes, su bienestar personal y su propio desarrollo de habilidades socioemocionales son importantes para lograr dichos aprendizajes en los estudiantes. No obstante, se ha encontrado en informes recientes que la formación socioemocional parece ser escasa en los programas de formación inicial de los docentes en América Latina, y también parecen ser escasos los programas de formación en servicio orientados al desarrollo de estas habilidades en los educadores.
Finalmente, debe considerarse que, a pesar de la importancia del sistema educativo sobre el desarrollo de estas habilidades, no es el único ámbito desde donde incidir para su desarrollo, lo que impone desafíos de articulación intersectorial. Una vía complementaria para abordar el desarrollo de habilidades socioemocionales a lo largo de la vida es a través de acciones de acompañamiento psicosocial en los ámbitos de la vida familiar y comunitaria. Finalmente, el abordaje del aprendizaje socioemocional también debiera extenderse a programas de formación profesional que atiendan brechas para la inserción laboral, especialmente en jóvenes que no han finalizado la educación secundaria; y paulatinamente incorporar estas competencias en los sistemas nacionales de certificación o marcos nacionales de cualificaciones, como mecanismo de articulación entre la educación y la formación y el aprendizaje continuo. Existen algunos ejemplos que van en ese sentido; pero resulta deseable un mayor impulso.