La Amazonia, un ecosistema clave para América Latina
Desde 2010, CAF apoya la Iniciativa Amazonia sin Fuego, considerada como un conjunto de acciones que buscan el uso controlado del fuego y el desarrollo de actividades sostenibles, económicamente beneficiosas para los pobladores locales del bosque en pie, y que contó, en un primer momento, con la participación de Brasil, Bolivia y Ecuador.
Los problemas actuales derivados de los incendios forestales descontrolados, que involucran a casi todos los países que comprenden la Cuenca Amazónica, definen una condición que podrá ser irreversible y de evidente impacto ambiental local y global, fundamentalmente en la alteración de los ciclos del agua y del carbono, del equilibrio químico de los suelos; y además de los efectos de la pandemia del COVID 19, especialmente, en poblaciones más vulnerables presentes en la Amazonia. El cambio en el uso del suelo, a través de la quema de bosques, es una de las principales, causas para la contribución de América Latina de emisiones de GEI.
La Amazonia representa el 56% de los bosques húmedos del mundo y almacena entre 90 y 140 mil millones de toneladas de carbono (180 T/ha), y donde viven, según datos de ONU Medio Ambiente (2016) alrededor de 34 millones de personas, incluidos 1,5 millones de indígenas de 385 localidades diferentes, incluyendo 86 lenguas y 650 dialectos, por lo tanto representa un bioma fundamental, tanto para los países que tienen sus fronteras limítrofes con el río Amazonas, como para el equilibrio del medio ambiente mundial, por lo que, no se puede comprometer la existencia de ese importante patrimonio natural y cultural. Por ello, urge brindar alternativas de desarrollo a los productores locales, entre otras, con la utilización de nuevas y mejores prácticas agroforestales para minimizar el uso del fuego, acceso a mercados verdes y financiamiento que reconozca el desempeño ambiental del productor.
CAF también promueve iniciativas junto a la Fundación Amazonas Sustentables, donde participan diversos actores claves de Colombia, Perú y Brasil, que apuestan en la capacitación de los recursos humanos, la extensa participación de los jóvenes, la creación de soluciones innovadoras (Start-ups de biodiversidad), la solución de conflictos por el derecho de la propiedad, la interacción entre la academia, los agentes de desarrollo y la población local, y las acciones coordinadas entre los sectores público y privado, que implican el desarrollo y apoyo sostenido a diversos centros de excelencia en investigación, la academia, la sociedad organizada y las comunidades locales. Todo ello para promover el conocimiento de muchas de las lecciones aprendidas y al mismo tiempo identificar los desafíos restantes, para lograr un enfoque integrado que esté alineado con los cambios necesarios hoy en día de encontrar soluciones que conserven la biodiversidad que aprovechen el capital natural sosteniblemente y que incluyan a la población atendiendo el desarrollo humano y específicamente la salud y las condiciones de vulnerabilidad debidos a la fragmentación de los ecosistemas y al comercio ilegal de especies.
La búsqueda de soluciones para la pérdida de biodiversidad y para combatir la deforestación en la Amazonia se ha caracterizado por diversas iniciativas de inversión en el uso sostenible de la biodiversidad por las comunidades; por ejemplo en Bolivia, conjuntamente el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, CAF está promoviendo una iniciativa con financiamiento del GEF que busca fortalecer la efectividad de la gestión integrada y la sostenibilidad financiera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), basada en la participación social y en la producción sostenible de los recursos naturales, bajo un enfoque de doble énfasis que consiste en otorgar prioridad al marco de políticas sobre las zonas protegidas, como motor del desarrollo sostenible en el territorio, junto con el uso sostenible y la sostenibilidad gestión de los recursos naturales dentro y fuera del sistema de área protegida, centrándose en la Amazonía boliviana.
Para finalizar, toda la riqueza biológica y cultural en la Amazonia, es una ventaja comparativa para el desarrollo de la región, pero implica la responsabilidad de conciliar los intereses de la conservación y el desarrollo sostenible, garantizando beneficios a los pueblos indígenas y las comunidades locales. Es necesario prestar particular atención a los grupos que se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad, como las mujeres, los niños, los discapacitados y los ancianos. CAF, junto a sus socios estratégicos interesados en promover un modelo de desarrollo sostenible de la Amazonia, presenta una propuesta de diálogo abierto, cuyo énfasis es complementar y fortalecer las estrategias que vienen desarrollando los países de la región amazónica, de apoyar a las instancias gubernamentales y administrativas nacionales y locales en la identificación, definición, adopción, aplicación y verificación de modelos provenientes de escenarios basados en el uso sostenible, equitativo e inclusivo de sus recursos, además del fortalecimiento de las políticas públicas, con planes, programas y acciones relacionadas con la reducción de la deforestación y degradación de los bosques, buscando con ello dar alterativas para reducir la pobreza rural asociada a las poblaciones que viven en áreas del bosque amazónico, un ecosistema clave para América Latina y el mundo.