¿Será la inteligencia artificial la auténtica revolución de las administraciones tributarias 3.0?
La revolución de la Administración 3.0 ya está en marcha con la mejora en la toma de decisiones basada en los datos, y la eficacia y eficiencia en el ejercicio de sus funciones públicas a través de la digitalización y de técnicas de inteligencia artificial (IA) en el desarrollo de sus procedimientos.
Es así como las organizaciones internacionales han advertido la importancia del uso estratégico de datos y los reconocen como un activo clave para la formulación de políticas, la prestación de servicios, la gestión organizativa y la innovación. Más de 50 países están aplicando estas técnicas en sus Administraciones tributarias para mejorar la efectividad de sus políticas tributarias y, así, impulsar la movilización de recursos internos para financiar los Objetivos del Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Los responsables del área tributaria de las distintas administraciones, antes de poner en marcha una política sobre el uso estratégico de datos, deben tomar en cuenta algunas consideraciones como el análisis de las mejores prácticas, y considerar que el Big Data y la inteligencia artificial no son objetivos en sí mismos. Junto con dichas premisas, los responsables también tendrán que decidir si se compran, desarrollan o externalizan los proyectos y modelos predictivos y analizar la calidad de los datos tributarios que se van a utilizar, teniendo especial cuidado en no ceder informaciones vinculadas a los contribuyentes.
La gobernanza de datos y la protección de los derechos fundamentales son elementos indispensables en la utilización de estos sistemas y programas. La decisión de aplicar estas técnicas debe iniciarse con pruebas piloto para ver si producen resultados fiables y sin sesgos. Además, el mantenimiento e innovación de los datos, de los algoritmos y de las nuevas técnicas aplicativas son procesos críticos para el buen funcionamiento de estas técnicas.
Uso estratégico de datos e inteligencia artificial
Las Administraciones tributarias están utilizando los datos y la inteligencia artificial para múltiples tareas: En su función de información y asistencia se usan cada vez más los asistentes conversacionales virtuales y chatbots que guían a los contribuyentes de forma dinámica ante determinadas cuestiones tributarias que se les puedan presentar. En el procedimiento de recaudación se utiliza la IA para predecir la recaudación y los riesgos de insolvencia, y en las Aduanas de puertos y aeropuertos se han instalado sistemas de reconocimiento facial.
Para los procedimientos de resolución de recursos y reclamaciones se han desarrollado aplicaciones como el programa argentino Prometea, entre otros, que consisten en la aplicación de un algoritmo trazable y abierto capaz de procesar todas las sentencias que los jueces han resuelto con antelación en tiempos muy cortos, dando una propuesta de resolución. Finalmente, en los procedimientos de comprobación, control y fiscalización tributaria se aplican técnicas de segmentación de contribuyentes y de gestión del riesgo fiscal. Todos ellos son ejemplos de los distintos usos que la IA ofrece y que continuarán potenciándose en el futuro.
La digitalización de la Administración tributaria está produciendo cambios vertiginosos, no sólo en su estructura, sino también en sus principales funciones de recaudación, fiscalización, información y asistencia, así como en los sistemas de información y en la cooperación producto, por ejemplo, de los intercambios de información internos e internacionales. Este cambio cultural está calando también en la propia organización administrativa, en la cual los procesos de exploración y explotación de los datos han sido precedidos de una labor de investigación, desarrollo, prueba y aprendizaje para llegar a resultados que ya son una realidad.
Para generar los beneficios esperados no basta con acumular grandes volúmenes de datos, sino que se requiere que sean evaluados y tratados convenientemente para su procesamiento digital. Dichos datos pasan a convertirse en un activo fundamental por lo que requieren una gestión dinámica y cuidadosa. Conviene recordar que el éxito de este uso estratégico radica también en la confianza que generen en los ciudadanos, la cual depende del uso correcto y proporcionado de los mismos.
En la lucha contra el fraude, las Administraciones tributarias van consolidando el uso del Big Data y la minería de datos. Se identifican cinco áreas del uso estratégico de datos en esta materia:
(1) En el análisis de la residencia de contribuyentes;
(2) En el mecanismo que trata de reducir los errores del contribuyente al presentar su declaración, en línea con las estrategias internacionales y técnicas nudge, basadas en el enfoque behavioural insights;
(3) En la prevención y represión del contrabando, narcotráfico y blanqueo de capitales con la implantación de nuevas tecnologías avanzadas basadas en inteligencia artificial, Big Data y minería de datos;
(4) En la introducción de mecanismos para aumentar, utilizando los datos y la experiencia obtenida, la eficiencia en las selecciones de fiscalización tributaria de los contribuyentes; y,
(5) En el desarrollo del nuevo sistema automatizado de análisis de riesgos en precios de transferencia basado en el conjunto de información disponible en las Administraciones tributarias.
Las lecciones aprendidas señalan que hay que fortalecer el equipo multidisciplinar, la gobernanza de los datos, la claridad, la calidad, la completitud, la seguridad, la transparencia de los datos y la ética en su aplicación.
Este estudio se desarrolló en el marco de una iniciativa regional de la Dirección de Innovación Digital del Estado de la Vicepresidencia de Conocimiento CAF, banco de desarrollo de América Latina que se presentarán en el foro ExperiencIA: Datos e inteligencia artificial en el sector público el próximo 15 de septiembre.