5 barreras para los gobiernos digitales inclusivos
Este blog forma parte de la serie “Hacia una mayor inclusión digital en América Latina y el Caribe”, que comparte iniciativas exitosas de integración digital y promueve el acceso de todos los latinoamericanos a los beneficios de la era digital”. Está escrito por Nathalie Gerbasi y Lorena López.
Sabemos que la aceleración digital tras la pandemia ha sido un propulsor clave para los gobiernos digitales, la digitalización de los servicios -públicos y privados-, y el uso de la tecnología para mejorar la atención de las personas en la mayoría de las situaciones. Sin embargo, aún persisten importantes retos para que la integración e inclusión digital sean una realidad para todos. En un mundo ideal no deben existir brechas digitales por razones de raza, género, religión, ubicación geográfica, ingresos, habilidades, o edad, por lo cual debemos seguir trabajando para reducir, y ojalá eliminar estas barreras digitales.
- Carencia en la conectividad a internet. Este servicio que se ha transformado en un bien de primera necesidad y hace parte de la canasta básica de los hogares, aún presenta retos tanto en su cobertura, particularmente en zonas rurales, como en su calidad en dónde resultan clave dimensiones como la velocidad y la latencia [el tiempo que tarda en transmitirse un paquete dentro de la red]. Además, en muchos casos, el acceso a una conexión de calidad implica sobrecostos tanto en tiempo (distancias del hogar al lugar más cercano con internet) como en recursos monetarios (adecuación de la locación, equipamiento y/o dispositivos para poder acceder al servicio). Sin mencionar la desigualdad de precios para las poblaciones más desfavorecidas.
- Difícil acceso a los dispositivos móviles (computadores, celulares, tablets, etc.). Aun cuando la amplia oferta de este tipo de dispositivos los ha vuelto más asequibles y la tenencia de computadores en América Latina alcance el 44,89% de los hogares, esto no sería suficiente para acomodar el acceso simultáneo de varios miembros de la familia (CAF, 2020). Y en el caso que logren adquirirlo, la obsolescencia de estos productos y/o la evolución de las aplicaciones móviles que requiere el usuario exigen la renovación de los aparatos en un mediano plazo.
- Formación selectiva de las capacidades digitales. La evolución de la sociedad y de la tecnología ha llevado a que más personas se capaciten en las diferentes áreas que trae la digitalización. Sin embargo, aunque se ha generado un mercado significativo tanto en la educación formal como en la no formal, la oferta se ha concentrado en atender a quienes se espera que usen y sepan de tecnología, como por ejemplo las generaciones más jóvenes, dejando por fuera por ejemplo a jubilados y de la tercera edad. De esta forma, se requiere que la formación de capacidades no solo sea en las áreas más desarrolladas como la ciencia de datos, sino en ofrecer capacitación en habilidades básicas para así dar un uso productivo del acceso a la red, como por ejemplo realizar trámites en línea y atender citas virtuales, entre otras.
- Falta de empatía con los usuarios. Las soluciones actuales, ofrecidas por los gobiernos para facilitar la interacción con la ciudadanía, son diseñadas pensando en una persona que cumple con una serie de características, con los mismos conocimientos y necesidades. A la hora de la experiencia esto hace que algunos usuarios se perciban excluidos del medio tecnológico con el que estén interactuando. Por ejemplo, imagine que una persona que tiene una discapacidad visual accede desde su celular a un sitio web que no permite ni ajustar el tamaño de la letra ni cuenta con un lector del texto. ¿Esta página está siendo inclusiva con este sector de la población?
En este sentido, es necesario que el diseño de los servicios integre la experiencia y trayectoria de los usuarios, y también, tome en cuenta a la audiencia meta de los servicios. Podemos aprender de las empresas de tecnología que están apostando a que sus herramientas sean más inclusivas. Es el caso las aplicaciones de videollamadas que ya permiten la inserción de subtítulos en varios idiomas.
- Desconfianza en los servicios digitales. La interacción de los gobiernos con la ciudadanía a través de los medios digitales ha crecido exponencialmente en los últimos años. Esta dinámica, aunque ha ahorrado tiempo a la hora de hacer trámites, también ha generado resistencia de algunos grupos poblacionales porque no confían en que la transacción quede hecha (al no haber un respaldo físico), o al no tener asistencia e interacción con otros individuos (pérdida del contacto humano).
CAF promueve y financia iniciativas que le apuestan a la transformación digital y a superar las barreras descritas anteriormente. Una de estas es el Programa de Transformación Digital e Inclusión Educativa en la provincia de Santa Fe en Argentina. Este cuenta con el financiamiento de un préstamo por USD 100 millones otorgado por CAF y un aporte de la Provincia por USD 24,6 millones. La ejecución del Programa considera como componentes claves: la extensión de la Red Provincial de Datos de Santa Fe; el fortalecimiento y modernización de la infraestructura del sistema educativo provincial; y, el desarrollo de habilidades y competencias digitales para la gestión educativa a distancia. Para más información de la iniciativa, visita este enlace.