Ricardo Estrada
Economista Principal, CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe-
La ampliación de la jornada escolar va ganando terreno en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, como parte de los esfuerzos de los gobiernos de la región para mejorar la calidad de los servicios educativos. Pero ¿en qué medida más horas de escuela se traducen efectivamente en más aprendizajes y menos deserción escolar? Esta es la pregunta que abordamos en un estudio reciente elaborado en conjunto con mis colegas de CAF Agustina Hatrick y Cecilia Llambi.
Evaluamos el impacto de las Escuelas de Tiempo Integral (ETI), una modalidad de educación secundaria básica (grados 6 a 9) puesta en marcha por el Municipio de Fortaleza en Brasil en 2014. Las ETI ofrecen una jornada escolar de 8,5(a 9,5) horas de duración (en comparación con la jornada regular de 4,5 horas) con un plan de estudios que integra las asignaturas regulares con actividades dirigidas a brindar una educación integral a través del desarrollo académico, social y emocional de los estudiantes. Otra innovación importante es la dedicación de tiempo completo (jornada de 8 horas) del personal docente de las ETI a una escuela (en lugar del típico contrato por hora de las escuelas regulares). Con el apoyo de CAF se construyeron instalaciones diseñadas exprofeso para las necesidades de estas escuelas (por ejemplo, con mayor disponibilidad de laboratorios, áreas deportivas y salas para profesores y estudiantes). Actualmente, la Red Municipal de Fortaleza cuenta con 31 ETI que atienden a 12.324 estudiantes.
Para la identificación de un efecto causal, seguimos una metodología de variables instrumentales en la cual la matriculación en una ETI es instrumentada con la distancia a pie entre la escuela primaria en la cual el(la) estudiante terminó sus estudios y la ETI en operación más cercana en ese momento. En el reporte de la evaluación se pueden encontrar detalles sobre esta metodología, su aplicación y evidencia sobre la robustez de los resultados.
Encontramos que las ETI aumentan de manera significativa la probabilidad de que sus estudiantes tengan trayectorias educativas sin interrupciones a lo largo de la educación secundaria. Por ejemplo, aumentan en promedio la probabilidad de transitar a tiempo al grado 7 en 14 puntos porcentuales y de graduarse a tiempo de la educación secundaria básica en 11 puntos porcentuales. La mayor parte de estos cambios se explican por una disminución en la deserción escolar. Además, las ETI aumentan los aprendizajes en matemáticas de los estudiantes en 0,22 desviaciones estándar. La magnitud de este efecto es considerable a la luz de la literatura de intervenciones educativas. En cambio, no observamos un efecto significativo en los aprendizajes en lengua portuguesa.
Los resultados de este estudio muestran el potencial de las escuelas de tiempo completo para mejorar significativamente los aprendizajes de los estudiantes y reducir la deserción escolar. Esta evidencia es consistente con la de estudios recientes de Chile, México, Perú y el estado de Pernambuco en Brasil. Los efectos de las escuelas de tiempo completo pueden ir más allá de los estudiantes. En Chile y México, la ampliación de la jornada escolar llevó a un aumento en el empleo de las madres de los estudiantes (quienes suelen llevar una mayor carga en las tareas de cuidado).
Para hacer un uso efectivo de los recursos necesarios para su financiamiento, es importante complementar el aumento en las horas de instrucción con estrategias para lograr que jornadas escolares más extensas sean también más fructíferas, tal como se reseña en otro estudio impulsado por CAF que revisa experiencias de extensión de la jornada escolar con foco en la aplicación para Uruguay.
En resumen, los programas de ampliación de la jornada escolar pueden ser una ruta promisoria para la mejora de la calidad de los servicios educativos y para la respuesta a los efectos negativos de la pandemia COVID-19 sobre los estudiantes.