Un futuro urbano mejor

El XI Foro Urbano Mundial, recientemente celebrado en Polonia, reunió a miles de expertos y representantes públicos poder intercambiar puntos de vista sobre cómo transformar nuestras ciudades para un futuro urbano mejor. El horizonte fijado es al 2050, cuando el 86% de la población mundial vivirá en ciudades, lo que significa que las áreas urbanas absorberán prácticamente todo el crecimiento de la población mundial.

Si pensamos que América Latina y el Caribe ya tienen un camino avanzado en esta rápida urbanización, donde actualmente el 80% de la población vive en áreas urbanas y, al mismo tiempo, más de 113 millones de personas viven en asentamientos informales, con expectativas de que este número siga aumentando debido al crecimiento de la tasa de migrantes.

Esta situación evidencia la gran necesidad de que América Latina y el Caribe implemente una serie de medidas para garantizar la transformación sostenible de sus ciudades. En primer lugar, es importante pasar de la visión sectorial para pensar cómo resolver las necesidades desde el territorio, donde los entes subnacionales cada vez tienen más competencias en el manejo de tensiones, y el impacto que tiene el desarrollo urbano en el territorio sobrepasa los límites de sus demarcaciones administrativas.

En segundo lugar, este abordaje territorial debe integrarse en una visión de hábitat sostenible e inclusivo, poniendo en el centro de la escena a las personas. Finalmente, no debe plantearse un conflicto entre naturaleza y desarrollo urbano, sino que debe contemplarse la relación permanente y dependiente entre ambos. Los sistemas ecológicos que se encuentran conectados a las áreas urbanas proveen servicios ambientales como calidad del aire, agua o áreas verdes, entre otros.

Gracias a la histórica capitalización de USD 7.000 millones, a la incorporación de nuevos países miembros y a la determinación por convertirnos en el banco verde y de la reactivación de la región, desde de CAF -banco de desarrollo de América Latina- estamos redoblando los esfuerzos para abordar la urbanización de una manera coordinada, integral y efectiva. Se está trabajando con instrumentos financieros que puedan llegar a los entes subnacionales, como por ejemplo con el Fondo de la Prosperidad, que destina 1.2 billones de dólares para financiamiento en Colombia.

También estamos fomentando programas y proyectos de inversión en Argentina, Brasil y Ecuador, donde la infraestructura esté acompañada de acciones para mejorar la calidad de vida de la población y apoye a las poblaciones más vulnerables. Es fundamental que entre todos convirtamos a las ciudades en centros de bienestar y productividad, ya en ellas se producirán los mayores retos que el mundo y la región enfrentarán en las próximas décadas.