CAF como articulador de políticas públicas: interoperabiliad de datos en mercados regulados

Existe un factor clave en la regulación de cualquier mercado: la información sobre los costos de prestación de un servicio, prestación por la que se cobra una tarifa. Si un regulador posee buena información sobre empresas reguladas, e idealmente sobre mercados en otros países, entonces se encuentra en condiciones óptimas para definir el precio de un servicio y sus niveles de calidad. Si, por el contrario, un regulador carece de ese nivel de información, entonces existen riesgos de que los prestadores del servicio recurran a la “captura” del regulador, es decir a que éste último tome decisiones basadas en información parcial con impactos negativos para consumidores.

La aceleración del uso de tecnologías a partir de la pandemia ha permitido resolver varios problemas de política pública que en un mundo analógico parecían sin respuesta. Los reguladores financieros, en particular, han recurrido a la interoperabilidad de datos entre ellos y las entidades que supervisan para reducir asimetrías de información. Por ejemplo, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores de México (CNBV) fue el primer regulador de la región en implementar una arquitectura de supervisión digital en materia anti lavado, lo que le permitió mejorar sustancialmente su eficacia en la detección de actividades ilegales.

Lo que hizo la CNBV fue interoperar bases de datos entre ella y las entidades financieras, creando un repositorio central (“warehouse”) desde donde la comisión puede no sólo monitorear actividades irregulares sino también usar analítica de datos para predecir fraudes. Por ejemplo, antes de la reforma, detectar transacciones con destino a paraísos fiscales demoraba 1.5 semanas, luego de la reforma es posible detectar tales operaciones en un promedio de 0.01 segundos (Di Castri y otros, 2018).

En este contexto fue que desde CAF comenzamos a plantearnos la posibilidad de crear ecosistemas digitales similares en sectores propios de nuestras operaciones, la mayoría de los cuales son regulados y poseen una gobernanza e incentivos similares. Aprovechando solicitudes de asistencias técnicas por parte de reguladores de Uruguay (Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua) y de São Paulo (Agência Reguladora dos Serviços Públicos do Estado de São Paulo), logramos que los funcionarios de las agencias vieran a la interoperabilidad de datos como una gran oportunidad para mejorar sus responsabilidades de fiscalización. Ambos proyectos hoy se encuentran en ejecución.

En 2020 creamos la iniciativa regional de innovación digital en regulación, la que permitió trabajar de manera colaborativa con ochos reguladores de infraestructura de Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay en sus procesos de transformación digital. La interoperabilidad de datos también emergió, de varios temas debatidos, como la reforma que más beneficios traería a la regulación. Como resultado de la iniciativa trabajamos, a través de metodologías ágiles, en la definición de una hoja de ruta destinada a cada regulador para que pudieran dar los primeros pasos en implementar un repositorio central de intercambio de datos con empresas supervisadas.

La ejecución de ambas iniciativas nos permitió reflexionar alrededor de tres mensajes principales, especialmente vinculados a nuestro rol como banco de desarrollo económico. En primer lugar, las experiencias con São Paulo y Uruguay nos permitieron comprobar que podemos contribuir al negocio no sólo implementando reformas solicitadas por gobiernos sino también proponiendo y articulando nuevas iniciativas de interés para nuestros clientes. En segundo lugar, tales iniciativas deben cumplir con dos atributos: 1) generar valor, es decir impactar positivamente con relación al status quo y 2) cumplir nosotros el rol de articulador de los diferentes actores involucrados en la reforma, permitiendo lograr la generación de consensos (por supuesto sin involucrarnos en la implementación de la política). Por último, nos permitió reflexionar sobre la importancia de incluir el diseño de productos “made in CAF” en el ciclo de nuestras actividades.

La interoperabilidad de datos en los mercados regulados de los sectores de infraestructura como agua, transporte, telecomunicaciones y energía será una realidad en el corto y/o mediano plazo y desde CAF estamos preparados para facilitar a los gobiernos el acceso a dicha tecnología.