Carreteras

Hoy en día, la red vial de América Latina cuenta con una extensión aproximada de 3,6 millones de kilómetros que sostiene casi la mitad del comercio intrarregional y 2% del comercio con otras regiones del mundo. Esta red vial también facilita el transporte de personas hacia mercados de trabajo y servicios públicos. 

Sin embargo, la infraestructura vial existente en América Latina y el Caribe tiene importantes déficits, tanto de cantidad como de calidad. La región tiene 188 km de carreteras por cada 1.000 km2, equivalente a 13% del promedio de la OCDE. Solo una sexta parte de esta infraestructura está pavimentada y es transitable de manera permanente. Del total de población rural, un 40% vive en lugares remotos sin acceso a una red de transporte terrestre, lo que implica que tienen acceso limitado a servicios de salud o de educación. Por su parte, un tercio de las empresas de América Latina considera que la infraestructura de transporte es una barrera para el aumento de la productividad. 

CAF ha apostado fuertemente por la inversión vial en los países de ALC:

APORTE EN NÚMEROS

La acción de CAF ha resultado crucial para reducir los costos de transporte en las zonas beneficiadas y aumentar así el acceso a mercados de los hogares y de las empresas.

Según la evidencia, el mayor acceso a mercados posibilitado por la inversión vial de CAF puede haber generado aumentos en el empleo y en los niveles de producción, gracias a una mayor disponibilidad de insumos, de servicios logísticos y de nuevos compradores. 

Según lo aprendido en evaluaciones sobre expansiones y mejoras viales en Perú y México, la inversión de CAF puede haber generado en las zonas beneficiadas un aumento del empleo de alrededor de 5%.

La estructura productiva también puede haber cambiado gracias a la inversión vial de CAF, generándose en algunos casos una mayor especialización y aglomeraciones productivas, con todos los beneficios que esto puede tener en términos de producción y competitividad. Lo anterior podría redundar en un aumento del nivel de exportaciones de las regiones beneficiadas, así como en un crecimiento de sus economías. 

Por último, la inversión vial de CAF puede haber contribuido a mejorar las condiciones de vida en las zonas rurales, gracias a que las familias además de tener la posibilidad de percibir mayores ingresos, podría tener mayor acceso a bienes y servicios básicos como la educación y la salud.