La mala calidad del agua o un inadecuado saneamiento comprometen los medios de vida y las oportunidades de millones de personas en América Latina y el Caribe. En la región, la diarrea es la segunda causa de mortalidad infantil con una tasa de 0,64 muertes anuales por cada 1.000 niños nacidos vivos. Uno de los principales responsables de la incidencia de diarrea es el acceso insuficiente e inseguro a servicios de agua y saneamiento. En América Latina y el Caribe, 17 millones de personas (3% de la población) tienen un acceso limitado al agua o la que consumen proviene de fuentes no aptas; y 430 millones (66% de la población) no tienen acceso a un saneamiento seguro.  

CAF ha buscado fortalecer la seguridad hídrica de los países de la región bajo un enfoque de gestión integrada de cuencas. En particular, las acciones de CAF han logrado aumentar el acceso seguro al agua potable y al saneamiento y estimular el uso eficiente del agua para el desarrollo productivo. 

Aporte en números

De igual forma, CAF ha promovido acciones para reducir la contaminación hídrica y ha apoyado medidas para la gestión de sequías y control de inundaciones locales e incluso transfronterizas, contribuyendo a la resiliencia climática de las comunidades y los ecosistemas. 

Además del financiamiento de programas y proyectos, CAF ha apoyado a los países de la región con distintos mecanismos de asistencia técnica, capacitación, generación de conocimiento e intercambio de experiencias. Adicionalmente, los recursos de cooperación técnica se han utilizado para fortalecer las operaciones de crédito a través de diseños y estudios de factibilidad, procesos licitatorios y de supervisión de calidad.

La evidencia indica que las intervenciones de CAF en materia de agua y saneamiento durante los últimos cinco años pueden haber ayudado a reducir el número de episodios anuales de diarrea en los lugares beneficiados, de 2,78 a 1,38 por niño, ayudando por lo tanto a reducir: la mortalidad infantil por esta enfermedad (la segunda más letal en niños de la región) y la desnutrición crónica, sobre todo en niños menores de dos años.  

Los servicios de agua y saneamiento que CAF ha financiado también pueden haber ayudado a reducir la incidencia, en niños y en adultos, de enfermedades respiratorias, parasitarias y de la piel. Y por su parte, mejores servicios de agua y saneamiento han permitido disminuir el tiempo que los miembros del hogar dedican a la recolección de agua. 

La mejora en los servicios de agua y saneamiento posibilitada por la acción de CAF también ha ayudado a mejorar la calidad de los servicios en centros de salud, reduciendo las muertes maternas y neonatales. También puede haber beneficiado al ambiente al evitar el uso indiscriminado y descuidado de las fuentes de agua, así como la disposición inadecuada de desechos humanos e industriales.