Enrique García, presidente de la CAF, en la Cumbre Andina

En una intervención en la sesión inaugural de esta cumbre, García hizo un análisis de la situación por la que atraviesan los países de la región que, en términos comparativos, poco han avanzado en 50 años, lo cual hace de la integración un imperativo. “La integración no es un lujo sino una necesidad”, subrayó.

El presidente ejecutivo de la CAF sostuvo que los últimos dos años se dio un cuadro poco común con una recesión sincronizada en las principales economías del mundo y que ha tenido un efecto muy serio en las economías de la región.

“Y, si vamos más allá de los problemas de la coyuntura -que nos muestran el decrecimiento en las variables importantes que muestran el progreso- y nos concentramos a mirar las raíces del problema, encontramos que la región continúa como lo era hace 50 años: muy vulnerable a los choques externos por la naturaleza de la producción y exportación, esencialmente, de bienes que son muy vulnerables por estar concentrados en materias primas, principalmente”, dijo.

A tiempo de formular algunas reflexiones, García expresó preocupación de que la asimetría que existe en varios de los campos en materia de financiamiento, en materia de comercio, hacen que la región no pueda lograr un crecimiento sostenido, que sea además equitativo para que llegue a la mayoría de las poblaciones de la región.

“Desde el punto de vista de la CAF, la integración no debe ser vista como un lujo sino como una necesidad. Una necesidad que no es romántica, más bien, una necesidad para lograr esfuerzos conjuntos que permitan atacar las raíces del problema”, señaló el presidente de la CAF.

Destacó la reunión de ministros del área andina, que servirá -dijo- para reflexionar sobre la necesidad de construir agendas propias de la región que muestren, esencialmente, un camino para lograr competitividad, equidad y una más efectiva y equitativa inserción en la economía internacional.

Por los problemas señalados, García se comprometió a continuar prestando el apoyo financiero a los países de la región, principalmente para incursionar en los problemas de la competitividad, la pequeña empresa, la micro empresa, el desarrollo de los mercados de capital e impulsar los programas de infraestructura y logística regionales.