Venezuela: CAF exhibirá las Flores de Narváez hasta el 30 de julio

En el marco de la celebración del 35 aniversario y en concordancia con su labor de difundir las actividades creativas de los pueblos latinoamericanos, la Corporación Andina de Fomento (CAF) unió esfuerzos con la Fundación Francisco Narváez para inaugurar la exposición Flores de Narváez en la galería de arte de la CAF, para deleitar durante dos mesesde julio, a los fanáticos de la genialidad pictórica del artista plástico venezolano Francisco Narváez.

Con esta muestra, la CAF rinde un homenaje a Francisco Narváez en el centenario de su nacimiento, mostrando al público su faceta de pintor, aspecto poco divulgado puesto que se le conoció fundamentalmente como escultor –más aún– como maestro de la escultura en el país.

La exposición Flores de Narváez ha sido posible gracias a la generosidad de coleccionistas privados, quienes prestaron importantes obras cuyo conjunto responde a otra de las múltiples propuestas organizadas por la Dirección de Desarrollo Cultural y Comunitario de la CAF, en miras a contribuir con el desarrollo y la formación integral del ser humano a través de la creatividad y la expresión artística, así como enaltecer y apoyar el talento nacional.

Enrique García, presidente ejecutivo de la CAF, destacó que la cultura como expresión creadora de los pueblos es parte de la misión de la Corporación Andina de Fomento, que reafirma su compromiso con el desarrollo sostenible y la integración promoviendo iniciativas para la difusión de los valores culturales de la región, y esta muestra artística del venezolano Francisco Narváez, busca justamente resaltar las manifestaciones más genuinas de la creatividad y el genio artístico iberoamericano.

Francisco Narváez, oriundo de Margarita, estado Nueva Esparta, fue un hombre arraigado a su tierra, y tomó, como temas de estudio cromático, las flores, la figura humana y el paisaje. Siendo la flor históricamente objeto ritual de celebración, la CAF ha querido colmar su galería con flores que este maestro latinoamericano dejó como legado pictórico.

El secreto de las Flores de Narváez

Del artista dice el pintor Manuel Espinoza:

" La alegría de vivir es la energía que impulsa la obra de Narváez, la canción del origen de sus culturas, sus paisajes, sus figuras... ¡sus flores!

En esa exaltación que alcanzó su vida fecunda, las maderas, las piedras, los lienzos, los dibujos nacieron naturales "para infundirse vida con su propio canto. Si se les considera con el mismo espíritu que fueron concebidos, nos inspiran la música misma de la vida".

Exaltación, sin embargo serena, si se quiere discreta, pero densa manifestación de voluntad de forma que evolucionó ciertamente asimilando inquietudes y propuestas de la época, pero fresca, sin estridencias, sin pedanterías intelectuales de contemporaneidad, modas inseguras y nerviosas que reflejan más bien malestar profundo y no afirmación de la belleza de lo humano.

¿Dónde está el secreto del encanto inefable de las flores de Narváez que comentamos en esta ocasión? Está en su cercanía a la vida, a la tierra fresca y suave de su entorno inmediato si partimos de la idea base de que el arte, en sus manifestaciones más legítimas, está orgánicamente conectado, no a un tiempo y un espacio social e histórico sino también cariñosamente al suelo y los latidos más íntimos de un país.

...las flores de Narváez y todas las flores del mundo, la energía del amor y la bondad y hasta la miseria, la crueldad y los malos pensamientos, no importa, todo, absolutamente todo está unido por una fuerza primordial. Cuando descubrimos en lo cotidiano un orden natural del mundo, cuando comprendemos en cada partícula, en cada detalle, en cada brevedad, la señal del universo, signo esencial de una múltiple verdad. "Finalmente hay una canción con un lirio cortado y absoluto".

Sobre Francisco Narváez

Francisco Narváez nació el 4 de octubre de 1905 en Porlamar, estado Nueva Esparta. En 1922 viajó a Caracas para estudiar pintura y escultura en la Academia de Bellas Artes, y seis años más tarde viajó a París a estudiar en la Academia Julian durante tres años. En 1931 regresó a Caracas y estableció su taller en Catia.

En 1934 inició su obra escultórica urbana con la fuente Plaza del Parque Carabobo en Caracas. Después de dos años instaló un relieve en el Instituto Pedagógico de Caracas, y en 1939 ejecutó cinco tallas monumentales en caoba para el Pabellón de Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York, actualmente ubicadas en los Liceos Fermín Toro y Andrés Bello, Caracas.

Entre los reconocimientos obtenidos se cuentan: el Premio Nacional de Escultura en el Primer Salón Oficial de Arte Venezolano (1940); el Premio John Boulton en el tercer Salón Anual por su obra "Negra" en Barlovento (1942), y el Premio Nacional de Pintura en el IX Salón Anual Oficial de Arte Venezolano (1948).

En 1943 realizó la fuente de "Las Toninas" en la plaza O´Leary de El Silencio e inició "La Patria" para la Escuela Militar de Venezuela. Seis años después llevó a cabo varias obras para la Ciudad Universitaria de Caracas.

En 1952 viajó a Italia a realizar la escultura ecuestre del General Rafael Urdaneta, ubicada en la Plaza Candelaria de Caracas. Al año siguiente diseñó el busto del Dr. José Gregorio Hernández, UCV, y conformó una "Maternidad" para el Museo de Arte Contemporáneo Mario Abreu en Maracay. Luego en 1954 edificó la escultura La Cultura, plaza del Rectorado, UCV, Caracas, y es nombrado Director de la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas.

Dos años más tarde, en 1954, ejecutó el "Panneau" del Jardín Botánico de la Ciudad Universitaria de Caracas y la obra Raíces época de las nuevas formas ubicada en la Galería de Arte Nacional.

Otras obras importantes de Narváez: Figura Acéfala (1966) adquirida por el Banco Central de Venezuela; La Ronda (1967), escultura en bronce ubicada en Porlamar; Virgen de Coromoto para el Santuario de Nazareth, Israel (1969). También donó a su ciudad natal Dos Volúmenes Verticales y Uno Horizontal en piedra de Cumarebo (1974). Luego, en 1977, se llevó a cabo La Estela, un monumento a Raúl Leoni en El Cafetal, Caracas.

Fue en 1979 cuando se inauguró el Museo de Arte Contemporáneo Francisco Narváez en Porlamar, decretado en 1975 por el presidente de la república, Carlos Andrés Pérez. Y en 1981 se realizó para Lagoven la escultura monumental Gran Volumen en Azuay, estado Falcón. Al año siguiente Narváez dio vida a su última obra, para el Metro de Caracas, la escultura Armonía de Volúmenes en el Espacio, en la Plaza Francisco Narváez, estación La Hoyada, y el 7 de julio de 1982 falleció en la ciudad de Caracas.