Buenos Aires: reflejo del transporte latinoamericano

La capital de Argentina  ha sufrido, al igual que las grandes urbes de la región, cambios acelerados en las últimas décadas que han incidido negativamente en la vida de sus ciudadanos. La saturación poblacional muestra efectos en los niveles de pobreza, exclusión social, así como en los congestionamientos crónicos de las vías, altos índices de accidentes, y degradación del medio ambiente.

En el área metropolitana viven alrededor de 13.267.000 personas (33% de la población total). La ciudad concentra casi la mitad de las actividades manufactureras, de los establecimientos comerciales, de los servicios y de los servicios financieros del país. Algo más de 3,5 millones de habitantes del Gran Buenos Aires ingresan diariamente a la capital, la cual provoca una alta congestión en el sistema de transporte, integrado por vehículos particulares, el tren suburbano, el metro y un tranvía.

Tal como concluye el documento Desarrollo Urbano y Movilidad en América Latina, en su capítulo sobre Buenos Aires, en la actualidad los sistemas de transporte público -salvo algunas excepciones- permanecen incapaces de retener la creciente demanda, y evidencian crisis cíclicas ligadas a la incompatibilidad entre costos y tarifas, a las deficiencias en la gestión de su operación y a las dificultades de obtener prioridad efectiva en la circulación.

La situación tiende a agravarse debido a la falta de un transporte público de calidad, lo cual estimula el uso del transporte individual y aumenta los niveles de congestionamiento y polución.

Para asegurar una mayor eficiencia de este sistema de movilidad, el estudio de la CAF propone la conformación de una autoridad metropolitana que regule, controle y planifique el transporte urbano, para convertirlo en un servicio sustentable desde el punto de vista social, ambiental, económico y financiero.