Productores visibles, cambios posibles
La mejoría de la productividad para pequeños productores llegó con atención técnica personalizada, la visibilidad de las necesidades y el efecto contagio.
"Conocer sus limitaciones mediante un diagnóstico predial les permitió saber dónde debían hacer cambios y cuánto debería rendir su tierra. Estos aportes contagiaron a otros productores que ya buscan asimilar esta metodología y proyectar a largo plazo", dijo Isabel Andreoli, directora de la Unidad de Montevideo Rural de la Intendencia de Montevideo.
La realidad de los campesinos es muy particular en el departamento en el que se ubica la capital de Uruguay. El 70% de los productores son familias y cuentan en promedio con 7 hectáreas de tierra, mientras que en el resto del país, la media de los establecimientos rurales es de 210 hectáreas.
Teniendo en cuenta esa realidad, los expertos que trabajaron en el proyecto consideraron las características comunes de los pequeños productores montevideanos. Al mismo tiempo, realizaron un análisis particular a cada uno de los emprendimientos familiares que se integraron al programa.
"Los productores se sintieron atendidos como se merecen. Ahora cuentan con herramientas adaptadas a sus necesidades y son escuchados para que las políticas favorezcan sus posibilidades de crecimiento y desarrollo", indicó Andreoli.
En ese sentido, el proyecto contribuyó a otorgar una mayor visibilidad a los productores rurales de Montevideo, lo que posibilitó a que comenzaran a ser contemplados de manera especial por otros organismos estatales como el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), comentó Andreoli.