Mecanismos para fomentar la inclusión financiera
Las iniciativas de Transferencias Monetarias Condicionadas (TCM) en América Latina tienen programas complementarios, dirigidos a fomentar la inclusión mediante un componente de educación financiera
Las Transferencias Monetarias Condicionadas (TMC) son subvenciones monetarias que entregan los gobiernos a las familias vulnerables para que adopten ciertos patrones de comportamiento que mejoren sus condiciones de vida, oportunidades y capital social, como por ejemplo asistencia escolar infantil, controles nutricionales y de salud, entre otros.
Los programas de TMC tienen una asociación natural con el sector financiero ya que la mayoría de los pagos de estas subvenciones se realizan a través de tarjetas electrónicas prepago o el depósito de la transferencia en cuentas de ahorro.
En los últimos años, las iniciativas de TMC se han convertido en una oportunidad para promover la inclusión financiera.No obstante, la entrega de dinero con la intermediación de un banco, el uso de tarjetas prepago, o la apertura de cuentas de ahorro no implican per se un proceso de inclusión financiera. Para que la inclusión financiera sea eficaz y tenga un impacto en el bienestar financiero de las personas, estas deben hacer un uso efectivo de losservicios financieros.
El bajo nivel de educación financierade la población, la falta deconocimientosobre los productos y servicios financieros y el bajo nivel de confianza en las instituciones financieras son barreras que limitan al acceso y reducen la posibilidad de una inclusión financiera más efectiva. Es por eso que algunas iniciativas de TMC han incorporado programas complementarios de educación financiera para promover la eficacia de los programas de TMC y el uso eficiente de los servicios financieros.
Los resultados disponibles sugieren que los programas han sido satisfactorios. En el futuro, los programas de educación financiera asociados a los programas de TMC podrían ampliarse para cubrir a la mayoría de los beneficiarios, con lo cual se alcanzaría a una gran parte de la población de la región. Sin embargo, el diseño e implementación de programas e iniciativas nacionales podrían beneficiarse de los instrumentos y buenas prácticas internacionales más relevantes.
Sobre la base de las iniciativas exitosas existentes en la región, la educación financiera podría fortalecerse aún más a partir del desarrollo de políticas y programas basados en la evidencia empírica, gracias al desarrollo de encuestas de líneas de base y evaluaciones de impacto, así como a través del desarrollo de alianzas estratégicas, tanto en el ámbito nacional como regional.