La medición de impacto, una ayuda para la gestión pública
Esta herramienta permite ver los efectos de cada iniciativa o proyecto en un contexto y tomar mejores decisiones sobre el destino de los recursos de un gobierno o región
Los gobiernos toman decisiones sobre los recursos públicos basados en la idea de alguien, en la creencia de cómo afectará esa política pública a la gente, en la experiencia anterior, en cómo son las cosas, pero no suelen tener un basamento científico que se centre en la efectividad. El reto de la evaluación de impacto es responder a la pregunta de qué hubiera pasado si el beneficiario de una política pública no la hubiera recibido.
La iniciativa PILAR (Política, Innovación, Aprendizaje, Resultados) busca apoyar a los gobiernos para que la evaluación de impacto sea una herramienta de la gestión pública. Para ello, se busca a través de una selección aleatoria a beneficiados y no beneficiados de la política pública a evaluar. La diferencia entre ambos dará el impacto de la misma.
Para hacer una buena medición, es central determinar las variables que se quieren evaluar y dependerá del contexto o del interés del evaluador. Por ejemplo, si se quiere medir el impacto del patrullaje en puntos calientes, se evaluará la tasa de homicidio o el nivel de crimen.
Hay que distinguir entre monitoreo y medición de impacto. El primero establece si un programa se efectuó a cabalidad o no, mientras que la segunda mide el efecto que el programa tiene. Un buen monitoreo es importante para una evaluación de impacto.
El resultado más importante de esta herramienta es lo que genera en las instituciones para aprender. El objetivo de PILAR es apuntalar este tipo de iniciativas en la región y que se convierta en una herramienta para la gestión pública que dé eficacia y ahorro de recursos.