Caso La Morán: ejemplo de un plan de desarrollo replicable
La experiencia de habilitación en este barrio de Caracas ha permitido establecer una metodología integral para alcanzar objetivos comunes de habilitación urbana
A pesar de las condiciones particulares que caracterizan a los asentamientos informales en las ciudades de América Latina, existen lineamientos metodológicos y espacios de intervención comunes que pueden servir como referencia para planificar proyectos de mejoramiento en barrios. Por ello, la experiencia generada por algunos proyectos integrales sirve de modelo de habilitación urbana en sectores con realidades sociales complejas.
Tal es el caso del Plan de desarrollo sostenible y replicable de un barrio, elaborado a través de un convenio entre CAF y el DVC, y ejecutado por FUDEP en la comunidad de La Morán en Caracas, Venezuela. El estudio Inclusión de habitantes en la ciudadanía plena. Experiencias de desarrollo urbano e inclusión social en América Latina (CAF, 2013) explica que dicho plan consiste en la elaboración de un proyecto de desarrollo físico y social como ejemplo real, sostenible y replicable de una metodología integral de habilitación.
Vale destacar que La Morán viven unas 8.100 personas, lo cual representa 0,5% de los habitantes en zonas de barrios, si se toma en cuenta que cerca de la mitad de la población urbana vive en asentamientos informales. El plan en dicha comunidad está conformado por proyectos de infraestructura, saneamiento ambiental y espacio público que incorporan procesos formativos dentro de su estructura para así estimular el desarrollo económico y social de la comunidad.
Tras varios años de experiencia en La Morán, se ha establecido una metodología fundamentada en dos aspectos principales:
-La incorporación en cada proyecto de habilitación de un equipo de trabajo que incluye la comunidad, el acompañamiento social, el asesoramiento técnico y el inversionista.
-La inclusión de procesos educativos complementarios en cada proyecto físico. A la hora de ejecutar un proyecto de construcción, los obreros, brigadistas y demás participantes de la comunidad, asisten a talleres de formación que complementan su educación desde el punto de vista personal, comunitario y laboral.
De esta manera, cada proyecto físico se convierte en un vehículo de transformación social.