En la cárcel la libertad tiene aroma de pan

Gestionando oportunidades  y capacidades en el Centro de Orientación Femenino de Obrajes en la Paz, Bolivia, la Iniciativa de Innovación Social CAF, la Asociación Semilla de Vida (Sevida)con la colaboración del Banco Mercantil Santa Cruz avanzan en la construcción de un modelo de empresa social que equilibra productividad y bienestar, orientado a transformar el tiempo ocioso de la población reclusa en una fuente de empleo, fortalecer  derechos humanos y rescatar la dignidad de las privadas de libertad.

Con el apoyo de la Dirección de Régimen Penitenciario boliviano, el proyecto se desarrolla al interior de una cárcel con capacidad para unas 150 mujeres, en la que en la actualidad habitan alrededor de 250 reclusas -muchas de ellas con sus hijos- y unos 50 menores de edad.

Hacinamiento, violencia, discriminación, reincidencia son una problemática compartida por los centros penitenciarios latinoamericanos, que muy poco contribuye al proceso de reinserción social.  A la que se suma el drama personal que para el preso significa el abandono del hogar, la presión de no poder apoyar al sostenimiento económico de su familia y la falta de un horizonte laboral una vez salga de allí.

A esto apunta "Pan de Libertad", al reto de  transformar un recurso ocioso en productivo - superando el tradicional modelo "maquila" - donde a través de la capacitación de las reclusas en la producción de pan y tejidos, y la posterior comercialización de estos productos, se generan  ingresos destinados, por una parte, a la remuneración digna de estas nuevas trabajadoras, por otra, a la reinversión en programas de atención en salud sexual-reproductiva y apoyo psicoemocional  para las presas y sus hijos, finalmente, en ingresos adicionales para el recinto penitenciario.

Esta visión de sostenibilidad del proyecto incluye la formación de la Asociación de Mujeres de COFO -integrada por representantes delegadas de las reclusas conjuntamente con Sevida, la - a fin de desarrollar una sólida estructura de comercialización que para el caso del pan incluirá la producción y venta al comedor del recinto- como iniciativa para mejorar la dieta de la población interna -una tienda al detal hacia la calle y reparto a domicilio. Aunque no se descarta la posibilidad de que la panadería pueda convertirse en un proveedor confiable y surtir de pan de calidad a otros centros penitenciarios aledaños.

En cuanto a los tejidos, la distribución y venta de la producción se hará vía catálogos y para ello las familias de las presas formarán parte fundamental de la estrategia, a fin de generar bienestar y apoyar a su sostenimiento económico. También se prevé la participación de estudiantes universitarios como parte de un voluntariado en servicio social.