CAF y SEGIB impulsan la transformación productiva y el emprendimiento en América Latina
La entidad brindó su respaldo técnico y financiero para la elaboración del informe “Emprender en Iberoamérica”, que destacó la importancia de promover la innovación en forma transversal y mejorar la articulación entre el sector académico y el empresarial.
Los desafíos políticos, económicos y sociales que enfrentan los emprendedores para llevar adelante proyectos sustentables fueron abordados en el informe “Emprender en Iberoamérica”, una investigación impulsada por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) con el respaldo técnico y financiero de CAF -banco de desarrollo de América Latina.
En el evento de presentación del documento, Germán Ríos, director representante de CAF en Uruguay, destacó el interés del organismo en promover políticas públicas que favorezcan el emprendimiento y calificó a la SEGIB como “una gran interlocutora iberoamericana” sobre este tema.
Respecto al ecosistema emprendedor, Ríos señaló que “hay que generar riqueza en la región desde el aporte microeconómico” para promover la “transformación productiva”, concepto fundamental para el organismo multilateral, que apunta a promover empresas competitivas y sustentables.
CAF cuenta con un programa de apoyo a la competitividad que busca brindar soluciones a los emprendedores, enfocándose en la reducción de aquellas políticas públicas que operan como barreras y fomentando cadenas productivas o redes integradoras que los incluyan, ofreciéndoles insumos para crecer.
Ríos advirtió que si bien se han registrado avances en relación al respaldo del emprendimiento en varios países del continente, todavía existe un déficit en la elaboración de políticas regionales.
En el caso de Uruguay, la entidad ha impulsado la inserción del país en programas regionales como el Programa de Aceleración de Empresas Agrotech del Río de la Plata, el Programa Xcala, Monitor de Actividad Angel, el Programa en de Aceleración de Empresas Fintech y el Índice de Políticas Públicas para Mipymes en Latinoamérica, conjuntamente con la OCDE.
Por su parte, Rebeca Grynspan, Secretaria General Iberoamericana, analizó la desconfianza social frente a las empresas, en particular las estatales, debido al elevado costo de las transacciones que estas promueven y afirmó que los nuevos emprendimientos “están desprovistos de este problema”. En ese sentido, invitó a experimentar y a “no tener miedo a fracasar”, algo que entiende clave para desarrollar nuevos proyectos, y que debe fomentarse desde la educación a muy temprana edad.
Con optimismo, Fernando Brum, presidente de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), repasó el avance del organismo en el rubro desde su origen hasta la actualidad. El jerarca destacó que en el presente “los proyectos que llegan muestran un notorio incremento en cantidad y calidad”. Esto también ha significado un desafío para la organización, que ha tenido que adaptarse, con nuevos instrumentos que se adecuen para acompañar las propuestas desde la generación de la idea hasta su concreción. Además, valoró como positivo que el ecosistema trabaje en red, lo que permite enriquecer el resultado de los negocios.
Desde una perspectiva integradora, Max Trejo, secretario general del Organismo Internacional de Juventud para Iberoamérica (OIJ), propuso fortalecer las alianzas entre el sector público y privado, la sociedad civil y la academia “para que el emprendedurismo no sea una moda efímera” y se transforme en un sector destacado de la economía. En la misma línea se posicionó el subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Santiago Soto, quien expresó que “Uruguay todavía tiene el desafío de institucionalizar el fomento a los emprendimientos”.
Los aportes y visiones de los distintos referentes se vieron plasmados en muchos de los resultados del informe, presentado por Erika Roffler, coordinadora del equipo de investigación de Grupo Pharos, que lo llevó adelante.
Entre las conclusiones, se observó que los países de Iberoamérica muestran progresos muy heterogéneos en el desarrollo de sus políticas de fomento al emprendimiento y que el entorno del sector es cada vez más complejo y global, por lo que se requieren instrumentos de apoyo cada vez más específicos, principalmente para iniciativas femeninas.
Ante esto, el desafío regional está en promover el cambio y la innovación de forma transversal, pensar en una agenda política y legislativa que apoye al sector con organismos específicos, y propiciar la articulación entre el sistema educativo, científico-técnico y los emprendimientos para generar más y mejores instrumentos.