Evaluación de impacto al Programa de Educación Financiera: Entre Bolivianos aprendemos
Una evaluación de impacto buscó determinar los efectos de un programa de educación financiera promovido como parte del portafolio de responsabilidad social del Banco Unión de Bolivia.
De acuerdo con una publicación realizada por CAF –banco de desarrollo de América Latina- la inclusión financiera es una prioridad para las economías de la región ya que ésta tiene el potencial de generar un efecto positivo sobre la desigualdad y la pobreza, así como sobre el crecimiento económico. Los estados han tomado cada vez más consciencia sobre este tema y, hoy en día, la educación financiera es una herramienta de política ampliamente implementada por los gobiernos latinoamericanos, presentándose como una solución oportuna y relevante para satisfacer las necesidades tanto de la creciente clase media como de los sectores más pobres de la población.
Sin embargo, y a pesar de que es una herramienta consolidada en América Latina, la evidencia existente sobre el impacto de la educación financiera en la región todavía es escasa. Pese a las buenas prácticas internacionales y las herramientas disponibles para la evaluación de los programas, así como los ejemplos de sus beneficios, tanto en el uso de los recursos como en el impacto sobre los públicos objetivo, el número de iniciativas que incluyen la evaluación en las fases de diseño o implementación de los programas de educación financiera es muy bajo.
Para contribuir a la evidencia existente en la región y brindar apoyo a una de las instituciones financieras más grandes de Bolivia, CAF junto con la Fundación ARU, diseñó e implementó una medición de impacto para ayudar a mejorar el programa de educación financiera: “Entre Bolivianos Aprendemos”, a fin de introducir cambios pertinentes y factibles que aumenten las probabilidades de generar un impacto importante en los participantes del taller.
El programa “Entre Bolivianos Aprendemos”, forma parte de la cartera Responsabilidad Social Empresarial del Banco Unión S.A. de Bolivia, banco público del estado desde el año 2012. Este programa identifica diferentes grupos de interés para que, a través de talleres presenciales, conozcan más acerca del sistema financiero e ingresen a él de manera voluntaria. El público objetivo de estas capacitaciones son sectores vulnerables como ganaderos y agricultores de las zonas rurales, comerciantes, amas de casa, artesanos, micro-empresarios, funcionarios públicos y miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
Para la realización de la evaluación de impacto con la cohorte de beneficiarios del año 2017, se seleccionó a un grupo de mujeres Educadoras de Centros Infantiles Municipales además de estudiantes, policías y productores manufactureros. Los participantes en los talleres fueron divididos y asignados a grupos de tratamiento o control. El grupo de tratamiento recibió el primer taller del programa de educación financiera, mientras que el grupo de control recibía primero un taller placebo sobre motivación y luego, después de la medición de seguimiento, el mismo taller de educación financiera que recibió el primer grupo.
La aleatorización, en este caso, se efectuó durante la encuesta de recolección de datos para la línea base. En este ejercicio de recolección de información se pudo recopilar los datos de más de 500 personas, asignando efectivamente 244 personas al grupo de tratamiento y 281 al grupo de control.
Al cabo de 4 meses se volvió a contactar a los asistentes para que realizaran el otro curso. A algunos se les realizó una encuesta antes de tomar el segundo taller y a otros se les tuvo que contactar personalmente para ser encuestados en su hogar o lugar de trabajo. Con este levantamiento se recopiló información para conocer el impacto del taller de educación financiera en el nivel de conocimiento y en el nivel de uso del sistema financiero.
Con los resultados obtenidos dentro del estudio no fue posible identificar impactos positivos del taller de educación financiera para el promedio de conocimiento de los participantes, esto quizá por el tiempo transcurrido entre la implementación y la recolección de información de seguimiento, o quizás porque, en general, el impacto de este tipo de actividades es bajo y solo es posible detectarlo en casos donde se cuente con un número grande de participantes. Sin embargo, sí se observa un impacto positivo específicamente dentro del módulo del taller relacionado con el concepto de “presupuesto”, lo que quizás se relaciona a la realización de ejercicios prácticos durante el modulo correspondiente en el taller (aquellos que más requerían la participación activa de los asistentes).También se observa un efecto positivo en el uso de las “herramientas de ahorro” que son explicadas dentro del taller.
Además de esto, se pudo identificar que los participantes que asistieron de forma voluntaria a los talleres de capacitación se beneficiaron más que aquellos que tuvieron que asistir porque se trataba de un compromiso laboral.
Para CAF, los resultados de esta evaluación representan una invitación para que organizaciones que imparten estos programas traten de introducir cambios en el esquema de capacitación que permitan aumentar los efectos de este tipo de iniciativas a través de algunos enfoques que ya han sido testeados y que parecen ser más efectivos como programas específicos para la formación de emprendedores y empresarios sobre temas económicos y de gestión de sus negocios, talleres para momentos específicos en la vida de las personas (iniciación laboral, matrimonio, paternidad, etc.) fortaleciendo esto con el uso de material de apoyo didactico e innovador (videos, comics, entre otros) y que tengan una utilidad muy directa y práctica para los beneficiarios.