Ante la crisis del coronavirus ¿qué acciones se deben tomar?
La crisis producto de la pandemia del COVID-19 en América Latina representa un desafío enorme de política pública. La prioridad debe estar en asistir a los trabajadores informales y a las empresas para que no destruyan empleo formal minimizando así el impacto tanto a corto como largo plazo de esta emergencia sobre el bienestar y el crecimiento económico de la región, proponen los expertos.
En el marco del conversatorio virtual “La economía en tiempos del COVID-19”, impulsado por la Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Dip. Laura Rojas y celebrado con la participación de CAF, BID, Banco Mundial y CEPAL, se instó a tomar medidas urgentes con el objetivo de contener la expansión de la pandemia y resguardar la salud de la población, así como minimizar los efectos económicos y sociales de la emergencia sanitaria a través de medidas que aseguren ingresos a los trabajadores informales, evitar que las empresas formales cierren y despidan trabajadores y que el sistema financiero mantenga la cadena de pagos ofreciendo liquidez y acceso al crédito a las empresas y familias.
Esta profunda crisis que está afectando a la región y al resto del mundo va a impulsar cambios en las agendas de desarrollo de los países de América Latina con el objetivo de perfeccionar sus sistemas de protección social que hoy, con la emergencia, se observa que no llega a sectores importante de la población más vulnerable. También se requerirá un énfasis en mejorar el funcionamiento del mercado de trabajo para que cuando se produzca la recuperación económica se puedan incorporar más trabajadores informales al sector formal de la economía.
Desde CAF -banco de desarrollo de América Latina-, institución participante en el foro por medio de Pablo Sanguinetti, vicepresidente de Conocimiento, se ha propuesto una serie de acciones para hacer frente a la fuerte recesión que enfrenta América Latina por la conjunción de un shock externo (caída del volumen y precio de las exportaciones, aumento del riesgo país, menores flujos de turismo y remesas) y el shock doméstico de oferta producto de las medidas de aislamiento social que afecta fuertemente al sector servicios (ej. transporte, turismo, ventas minoristas).
Entre los puntos principales, Sanguinetti destaca la atención al sector formal, vía subsidios directos a PyMES para el pago de salarios, exenciones temporales de impuestos corporativos y a la nómina, el apoyo a los seguros de desempleo y la flexibilización de algunos temas relevantes como los contratos laborales y su temporalidad.
Por otro lado, el sector informal es muy importante en la región y México se encuentra entre los primeros 5 países de Latinoamérica en términos de la proporción de estos trabajadores sobre el total del empleo (57,6%); por ello, se plantea una mayor atención a este sector por medio del aumento de transferencias sociales, pagos a trabajadores independientes y facilidades de pago de servicios públicos.
En el tema de política monetaria, Sanguinetti enfatizó en tener un espacio para mitigar riesgos de liquidez y evitar el quiebre de la cadena de pagos, así como en la importancia del apoyo al sistema bancario en términos de sostener su solvencia.
Pasado el momento más agudo de la crisis sanitaria y de aislamiento social, existirá un período de incertidumbre por lo que los bancos se mantendrán muy conservadores para tomar nuevos riesgos y expandir el crédito a las empresas, que verán ahora la oportunidad de expandir su producción y ventas.
Para ello se requieren políticas que transformen la liquidez del sistema financiero, facilitada por las medidas tomadas por los bancos centrales, en un aumento real del crédito. Aquí los programas de garantías que otorga el fisco a través de la banca de desarrollo nacional pueden jugar un rol muy importante, añadió el directivo de CAF en su participación.
Dentro de sus comentarios finales, Pablo Sanguinetti añadió que, aún en el contexto de una futura recuperación económica, algunas industrias resultarán muy afectadas, específicamente el turismo y el transporte aéreo, que verán una recuperación más lenta por las restricciones a los viajes; en este caso las medidas de apoyo a dichos negocios deberán aplicarse en forma de exoneraciones de impuestos y aportes de capital a más largo plazo. Por otra parte, después de la crisis, los Estados tendrán un mayor tamaño por lo que se requiere asegurar su eficiencia a través de un mayor control y transparencia producto de acciones de fiscalización internas dentro de los gobiernos como también por la participación ciudadana. Ello puede lograrse gracias al uso y avance de nuevas tecnologías. La digitalización de los servicios y la apertura de datos serán elementos de mayor peso en la gestión pública.
En el conversatorio también estuvieron presentes Emilio Uquillas, representante de CAF en México; Pablo Saavedra, director del Banco Mundial para México; Tomás Bermúdez, representante del Banco Interamericano de Desarrollo en México (BID) y Hugo Eduardo Beteta, director de la sede subregional de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en México.