La nueva vida en las ciudades latinoamericanas
Visiones del Desarrollo es una sección promovida por CAF -banco de desarrollo de América Latina- que analiza los principales temas del desarrollo de la región. Los artículos que contiene se publican simultáneamente en los principales medios de América Latina.
La pandemia del covid-19 ha dejado escenas insólitas en las ciudades de medio mundo. Los ríos de gentes que inundaban el centro de Manhattan dieron paso a calles vacías y sin vida. Animales silvestres pulularon libremente por vecindarios de ciudades japonesas, españolas, chilenas y alemanas. Y el ruido de bocinas y motores de autos dejó paso un silencio y una quietud inimaginables en el S. XXI.
Es evidente que incluso después de los confinamientos la vida en las ciudades ha cambiado. Los viajes en transporte público y privado se han reducido considerablemente por el teletrabajo, los centros comerciales registran menos visitas de consumidores, las compras online se multiplican y, en general, hay menos atascos y menos bullicio urbano.
La pregunta que surge es qué sucederá cuando logremos controlar al virus y retornemos a una cierta (nueva) normalidad. En esta entrevista, Pablo López, experto en Desarrollo Urbano de CAF, nos cuenta qué oportunidades se abren para las ciudades de América Latina a raíz de las dinámicas urbanas impulsadas por la pandemia, y cuán factible es que se concreten.
Pregunta: ¿Cuál es el balance general del impacto del covid-19 en las ciudades?
Respuesta: Hay diferentes formas de verlo. Desde una mirada objetiva, los resultados son desalentadores para la región por la cantidad de vidas que se perdieron, la profundización de la pobreza y la cantidad de empleos destruidos, y porque en muchos casos se ha debilitado la confianza por parte de la población en las instituciones y en el sistema político para manejar eventos extraordinarios como este. Desde una perspectiva optimista podría pensarse esta pandemia como una oportunidad para impulsar viejas y nuevas soluciones para las ciudades.
P: ¿Qué tipo de oportunidades?
R: Estamos ante una oportunidad para pensar los temas fundamentales de la agenda de desarrollo urbano de América Latina y para impulsar un conjunto de políticas efectivas públicas. Por ejemplo, asegurar el acceso a agua potable y saneamiento por parte de la población más desprotegida, el acceso a una vivienda con estándares mínimos de calidad a la población de los estratos socioeconómicos más bajos, el acceso a buenos servicios de educación y salud y el acceso a espacios públicos, especialmente espacios verdes, de calidad.
P: ¿Qué podemos rescatar de los efectos de la pandemia en las ciudades?
R: Quizás lo más destacable es la resignificación de la importancia del transporte y los espacios públicos. El confinamiento y la cancelación de actividades grupales en espacios cerrados ha revalorizado los espacios públicos. Las vías peatonales, carreteras, ciclovías, ecosistemas urbanos, parques, plazas y otros espacios públicos han sido clave para el desplazamiento de trabajadores esenciales, el desarrollo de actividades sociales o el abastecimiento de alimentos. Pero también ha quedado en evidencia que los espacios públicos constituyen una oferta limitada en muchas ciudades. Por otro lado, el transporte público ha sido fundamental para la movilidad de trabajadores esenciales, demostrando los beneficios para la sociedad, mas allá de los beneficios que ya se conocen en términos de sustentabilidad ambiental o de la mayor eficiencia del uso del espacio público.
P: ¿Cómo pueden los países promover una nueva agenda urbana?
R: Muchos de los problemas visibilizados por la pandemia son estructurales, con lo cual, gran parte de ellos persistirán cuando se vuelva a la normalidad. Sin embargo, la crisis pone de relieve cierto orden de prioridades en la agenda urbana de corto y mediano plazo, que resumiría en seis políticas claves: aseguramiento del agua potable y saneamiento a la población más necesitada; aseguramiento de una vivienda asequible para la población que reside en asentamientos precarios; fortalecimiento de la conectividad digital y de las consecuentes habilidades del capital humano; fortalecimiento de la conectividad física, fundamentalmente a través del transporte público; desarrollo de una red interconectada de espacios públicos y verdes de calidad y accesibles para todos; y la modernización de la gobernanza local.
P: Uno de los principales problemas en las ciudades de la región es la exclusión social. ¿Qué pueden hacer los gobiernos locales para reducirla?
R: La mejora de la accesibilidad física y virtual a las oportunidades de educación, salud o empleo es un aspecto clave para la inclusión social. Para mejorar los niveles de accesibilidad es importante tener una buena distribución de las oportunidades en el espacio y garantizar las conexiones en calidad y tiempo necesarias entre ellas y la población que reside en la ciudad. Esto implica contar con adecuadas vías urbanas, buses, bicisendas, buenos niveles de servicio del transporte público, tarifas razonables, entre otros, y también un buen sistema de conectividad virtual.
P: ¿Cuáles son los obstáculos para lograr que esta agenda se implemente de manera eficiente?
R: Los obstáculos pueden surgir en diferentes momentos y traducirse en términos de tiempo, costos y calidad. Por ejemplo, un hogar cuyas calles inmediatas son inseguras, que no dispone de una parada de autobús cercana o no posee agua potable, encontrará dificultades para acceder a las oportunidades por el tiempo que insume acceder al transporte público o el costo de ese desplazamiento con un vehículo particular.
P: ¿Qué le recomendaría a alcaldes y gobiernos locales?
R: Que apuesten por desarrollar una agenda urbana pro-inclusión y pro-productividad, con una mirada transversal de sustentabilidad ambiental, y que simultáneamente trabajen por la modernización permanente de la gestión urbana. Un gobierno local ágil, con una visión clara de futuro, sólido en materia de recursos, es clave para trabajar en un contexto en el que se necesita actualizar la manera de planificar las ciudades, incrementar los ingresos y ser mas eficientes con el gasto de los recursos públicos y facilitar un ambiente de negocios apropiados para el desarrollo económico de la ciudad.