Ciudades bien gestionadas, la gran oportunidad del desarrollo latinoamericano
La urbanización, bien gestionada, puede ser muy beneficiosa no solo para las propias ciudades sino también para el desempeño socioeconómico de los países.
Este artículo también se publicó en El Huffington Post
Con una tasa de urbanización que se duplicó en poco más de 60 años (pasó del 41% en 1950 al 80% en 2015), América Latina se ha convertido en la región de mayor crecimiento urbano del mundo y en la segunda más urbanizada después de América del Norte, superando incluso los niveles de urbanización europeos.
Esta rápida urbanización, bien gestionada, puede ser muy beneficiosa no solo para las propias ciudades sino también para el desempeño socioeconómico de los países. Las ciudades pueden ser fuentes de innovación y crecimiento económico, ya que estimulan las economías de aglomeración, es decir, las economías que surgen por la proximidad o la intensidad y frecuencia con que se realizan los intercambios de bienes e ideas entre los agentes económicos.
Generalmente, a medida que aumenta el tamaño de la ciudad, si está bien administrada, también lo hace su productividad y, por lo tanto, los salarios promedio. A modo de ejemplo, en Colombia, un incremento del 10% en la población urbana está relacionado con aumentos entre 1 y 1.5% de los salarios promedio, según un reciente informe de CAF. Con políticas adecuadas, las ciudades se convierten en lugares apropiados para mejorar el bienestar de los ciudadanos, ofreciendo espacios para el intercambio de ideas, la recreación, el consumo de bienes materiales e inmateriales.
Pero los procesos de urbanización también pueden provocar efectos no deseados. Un buen ejemplo es lo que sucede en gran parte de las ciudades de América Latina, donde las áreas urbanas se expandieron -y continúan haciéndolo- de manera desordenada y a un ritmo más rápido que el crecimiento poblacional, consumiendo áreas previamente destinadas a la agricultura e impactando no siempre positivamente en las dinámicas socio económicas.
Estudios sobre este proceso muestran que las ciudades con mayores tasas de expansión tienen mayores niveles de inequidad y que existe una importante correlación entre la expansión desordenada, la segregación y el crecimiento de asentamientos precarios. La rápida urbanización latinoamericana no fue acompañada con una adecuada provisión de servicios de infraestructura y vivienda, ocasionando en muchos casos la proliferación de barriadas, favelas o villas.
Un problema relevante de la expansión urbana sin control es que demanda redes de infraestructura y transporte con costos que crecen de manera exponencial si no se supera un umbral mínimo de densidad. En ese sentido, en ciudades que se expanden de manera desordenda, se evidencian costos que pueden ser cuatro veces más grandes que en ciudades más compactas.
En términos de la sustentabilidad ambiental, la urbanización implica también que el suelo necesario para proveer alimentos, energía y materias primas a los residentes de las ciudades se está expandiendo. En algunos casos, la huella ecológica puede llegar a ser 200 veces más grande que el tamaño de la ciudad. Las emisiones de carbono resultantes, conjuntamente con las emisiones de la misma ciudad, convierten a la urbanización en el principal motor del cambio climático y a las ciudades en los territorios más afectados por los desastres naturales.
Por ser el lugar de residencia y en el que se desenvuelven la mayor cantidad de actividades sociales, culturales y económicas de los latinoamericanos, las ciudades son una pieza clave para abordar y revertir los problemas de exclusión, inequidad y pobreza. Para ello, es necesario implementar modelos de gestión urbanos que estén dirigidos a mejorar la productivad de las ciudades, pero también la incluisón social y el bienestar general de los ciudadanos.
Este modelo, debe perseguir el objetivo de anular o minimizar los costos de la urbanización, tales como la contaminación, la congestión, la expansión desordenada, los asentamientos precarios, los altos costos de vivienda, el desempleo, y maximizar los beneficios, como son la innovación creciente, la mayor productividad y los mayores salarios. El principal desafío para lograrlo, es coordinar políticas que impacten sobre múltiples dimensiones de la ciudad y que muchas veces trascienden los límites jurisdiccionales de las ciudades.
Con el objetivo de difundir ideas y experiencias que fortalezcan el protagonismo de las ciudades en el desarrollo socioeconómico de la región, destacados expertos internacionales, ministros de países latinoamericanos, alcaldes de ciudades y académicos se reunieron en Lima, el 2 y 3 de noviembre de 2017, en la Conferencia CAF: Ciudades con Futuro.
Durante el encuentro abordaron temas clave del desarrollo urbano, como la mejorara de las condiciones de vida en los asentamientos precarios, la gestión integral del riesgo de desastres, el impulso al desarrollo económico-productivo, los mejores mecanismos de financiamiento de políticas urbanas, y las experiencias exitosas en el desarrollo de infraestructura para la construcción de ciudades inteligentes.
Este tipo de foros son necesarios para difundir ideas y experiencias que ayuden a orientar políticas que alienten el crecimiento económico, la inclusión social y el bienestar de todos los ciudadanos.