En Colombia, la competitividad pasa por las regiones
Si Colombia quiere recuperar el impulso económico y convertirse en un país de ingreso alto, deberá mejorar la competitividad de sus regiones.
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La competitividad se ha convertido en uno de los conceptos estrella en los debates económicos de Colombia, y también en los de buena parte de América Latina.
Su protagonismo se viene fraguando desde hace cierto tiempo, aunque solo en los últimos años se le ha dado la importancia cabal que tiene, principalmente por las siguientes dos razones: el débil crecimiento económico y la necesidad de convertirnos en un país de ingreso alto.
La primera razón parece evidente al constatar que en 2017 el país creció un modesto 1,8%, en contraste con las tasas de alrededor del 5% registradas entre 2002 y 2014. Esta reducción está directamente relacionada con las bajas tasas de productividad, y también tiene que ver con el frenazo de la economía global y con la reducción del precio de las materias primas. En otras palabras, la ausencia de vientos a favor dados por el contexto internacional, frenó el desempeño económico de Colombia y, a falta de industrias competitivas y sectores pujantes, el país tiene que conformarse con un crecimiento moderado.
En cuanto a la segunda razón, solo si logramos aumentar la productividad y competitividad podremos superar la trampa del ingreso medio, y con ello contribuir a reducir las marcadas desigualdades sociales y geográficas, a generar más y mejores empleos y a fortalecer a las clases medias emergentes. En definitiva, una economía más competitiva implica más tejido empresarial, más valor agregado en los productos que se producen y exportan y, en última instancia, más bienestar para toda la población.
La pregunta que sigue es fácil de formular, pero sus respuestas suelen ser complejas y discutidas: si trae tantos beneficios, ¿cómo mejoramos la competitividad de Colombia?
En primer lugar, serán necesarias grandes inversiones en infraestructuras para conectar mejor a las diferentes regiones del país y con ello impulsar el comercio. Según el DANE, los sectores que más dinamizaron el PIB en el 2017 fueron los de agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca, con un 4,9% del PIB, para quienes las vías son un factor vital de crecimiento y visibilidad en el mercado.
Por otra parte, si bien cuando se habla de competitividad se piensa en resultados a nivel nacional, es clave enfocarnos en el importante papel que juegan las regiones en la diversificación y sofisticación de sus apuestas productivas. De acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo, el aumento de la productividad debe generarse desde las regiones a partir de sus propias características y necesidades, así como de la creación de una institucionalidad articulada que fomente acciones para diversificar y sofisticar la oferta productiva y la inserción en nuevos mercados.
En el contexto regional, las políticas no están siempre alineadas con una visión conjunta en materia de competitividad, por lo que las Comisiones Regionales de Competitividad (CRC) están llamadas a ser la instancia de diálogo, coordinación y articulación en estos temas, así como las encargadas de apoyar la implementación y el seguimiento de las acciones con alcance regional.
El papel de los multilaterales puede ser importante en este camino de aumentar la competitividad de las regiones de Colombia. Por ejemplo, CAF -banco de desarrollo de América Latina-, y la embajada del Reino Unido firmamos un acuerdo de colaboración estratégica para potenciar el desarrollo de las regiones de Colombia, a través de proyectos enfocados en fortalecer las capacidades institucionales, reducir los niveles de corrupción y mejorar la infraestructura y la capacidad agrícola en zonas de post conflicto. El Fondo de Prosperidad Británico cuenta con una inversión de £25,5 millones que deberán ser ejecutados en 4 años a partir de 2018, e impactará a 6 ciudades y 8 regiones del país.
Entre los proyectos que se llevarán a cabo con estos recursos está uno, que será ejecutado por CAF, relacionado con el fortalecimiento de la competitividad de 8 departamentos: Antioquia, Atlántico, Caldas, Cundinamarca (Bogotá D.C.), Magdalena, Meta, Santander y Valle del Cauca. Con este proyecto se busca fortalecer las CRC como un escenario estratégico para la integración de las entidades territoriales y actores locales con el Sistema Nacional de Competitividad, Ciencia, Tecnología e Innovación y el Gobierno Nacional. También se pretende reforzar las capacidades de las instancias locales para identificar, estructurar e implementar proyectos de las agendas integradas de competitividad, así como evaluar las oportunidades de financiamiento público y privado a nivel interno y externo.
Fomentar la competitividad del país implicará que los sectores público y privado deberán trabajar conjuntamente tanto en el financiamiento como en la implementación de las diferentes iniciativas en pro de que los productos colombianos puedan insertarse exitosamente en nuevos mercados. Estas medidas ayudarán a que Colombia dé un salto cualitativo a nivel económico, con el que podrá ofrecer más y mejores oportunidades de vida a sus ciudadanos.