El rol de las pruebas en las políticas de desconfinamiento
Mientras no exista una vacuna contra el COVID-19, las estrategias de prueba, tratamiento y aislamiento (TTI, por sus siglas en inglés) deben acompañar las políticas de desconfinamiento para evitar el riesgo de una segunda ola de contagios de gran magnitud. Frente a este escenario, es clave entender el rol de cada tipo de prueba en la estrategia y sus características.
Este artículo está escrito por Maria Andreina Cantele, con la colaboración de Dilberth Cordero y Murilo Marins.
La mayoría de los países implementaron políticas de confinamiento para mitigar el crecimiento de casos COVID-19. Sin embargo, el impacto socioeconómico ha llevado a muchos gobiernos a flexibilizarlo antes de contener los niveles de contagio.
Un elemento central para el éxito de las medidas de desconfinamiento es la estrategia de testeos. Su importancia reside en la capacidad de romper las cadenas de contagio y medir el avance de la enfermedad en la población.
¿Para qué sirven los distintos tipos de pruebas?
Existen dos tipos principales según el insumo que utilizan para determinar la infección: las pruebas virales y las pruebas serológicas.
Pruebas virales: el virus SARS-CoV-2 está compuesto por una capa externa de proteínas y un núcleo de ARN, las pruebas virales identifican la presencia de alguno de esos elementos en el organismo. Para este tipo de pruebas se requiere una muestra de la nasofaringe u orofaringe, mediante hisopados que deben cumplir con una técnica estandarizada. Entre las pruebas directas, también conocidas como moleculares, la más conocida y recomendada por la OMS es la PCR-Rt (pruebas de reacción en cadena de la polimerasa). Estas pruebas son de tipo diagnóstico y permiten identificar de manera temprana los casos.
Pruebas serológicas: cuando el sistema inmunológico detecta la presencia del virus se activa un sofisticado sistema de defensa. Uno de los componentes es la inmunidad humoral, en la que unas células especializadas generan anticuerpos específicos -también llamados inmunoglobulinas- para eliminarlo. Por medio de una muestra de sangre, las pruebas serológicas determinan la presencia de estos anticuerpos (IgM e IgG), los cuales usualmente son desarrollados algunos días después de los primeros síntomas. Las pruebas serológicas, si son hechas en el momento oportuno, ofrecen información sobre infección actual (IgM) o pasada (IgG), por lo que pueden servir para determinar la prevalencia en una población y la distancia a la cual está respecto a la inmunidad de rebaño.
¿Qué se debe considerar para diseñar una estrategia de testeo?
Las pruebas virales son claves para aislar y romper la cadena de transmisión: la detección y aislamiento temprano de los casos previenen más el número futuro de infecciones que otras medidas que están siendo aplicadas, tales como las restricciones de vuelos internacionales o medidas de distanciamiento social. Por lo tanto, la aplicación de pruebas virales es clave para asegurar que el desconfinamiento no conlleve a nuevas olas prolongadas de infección.
Una estrategia prometedora es el testeo grupal, ya que permite disminuir el número de pruebas necesarias para detectar casos positivos. Esta estrategia consiste en levantar muestras de muchas personas utilizando una única prueba. Por lo tanto, si resulta negativa, es posible afirmar que ninguna persona del grupo está infectada, mientras que, si es positiva, se procede a dividirlos en grupos más pequeños y aplicar la prueba en cada uno hasta identificar a los infectados. Puede resultar útil al ser aplicada sobre un conjunto de personas que haya tenido contacto con contagiados o esté ubicado cerca de un foco de contagio.
Por otro lado, se requiere de mayor investigación sobre las pruebas serológicas para aumentar su utilidad en el marco del desconfinamiento: la información que ofrecen es la presencia de inmunidad, tanto a nivel individual como en una población determinada. Sin embargo, aún es necesario ampliar el conocimiento sobre la composición del virus y la respuesta de nuestro organismo en el tiempo, por lo que la inmunidad sigue siendo un misterio y no se descarta la posibilidad de que personas contagiadas en el pasado puedan verse afectadas nuevamente.
Además, las políticas de desconfinamiento que se apoyen en las pruebas de inmunidad para determinar la participación en la actividad económica, uso de espacios públicos o movilidad nacional e internacional, pueden traer incentivos perversos que conlleven a mayor desigualdad y presión al sistema de salud. Por ejemplo, los individuos que resulten negativos tendrán incentivos a contagiarse para poder participar en estas actividades, imponiendo un riesgo individual a su salud y al sistema en general. Dadas estas estas circunstancias y la baja proporción de la población con anticuerpos en las ciudades más afectadas (Wuhan 10%, Nueva York 20%, Madrid 11% en el mes de mayo), no parece ser la estrategia adecuada.
¿Qué factores se deben tener en cuenta para elegir entre pruebas?
Existen elementos que deberán ser considerados por los tomadores de decisiones, los cuales generan trade-offs poco triviales de resolver. En primer lugar, las pruebas utilizadas para identificar la presencia del virus vienen acompañadas de un margen de error que varía según el tipo de prueba, el cual idealmente debe ser menor a 10%. Además, los costos y tiempos necesarios para obtener los resultados son distintos. Las pruebas rápidas suelen ser menos costosas y con márgenes de error más elevados que las pruebas que requieren de un mayor tiempo para obtener resultados.
A continuación, una breve comparación en función de los aspectos mencionados:
Pruebas virales: las pruebas PCR han demostrado tener el menor margen de error cuando el contagiado comienza a presentar síntomas, pero aumenta a medida que avanza la infección. Por lo tanto, son útiles para fines de diagnóstico, pero resultan costosas y el proceso toma mucho tiempo. Las pruebas de antígenos, por su parte, son más rápidas, pero presentan un alto margen de error pues hay una alta probabilidad de obtener falsos negativos (es decir, una prueba que haya resultado negativa cuando en realidad el paciente estaba contagiado).
Pruebas serológicas: existen diferentes tipos de pruebas en esta clasificación: cualitativas y cuantitativas. Las primeras son pruebas rápidas que determinan la existencia de cada tipo de anticuerpo. Las cuantitativas además informan sobre la cantidad de cada uno; en general, las últimas tienen un menor margen de error, pero requieren de mayor tiempo para ser procesadas.
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MARGEN DE ERROR |
TIEMPO DE PROCESAMIENTO |
COSTO |
PRUEBAS VIRALES |
PRUEBAS PCR |
6% en promedio el primer día que aparecen los síntomas; y aumenta hasta a 36% tras 10 días |
4 horas, pero al considerar la logística necesaria puede durar días |
Alto |
PRUEBA DE ANTÍGENOS |
Mayor margen de error; en particular hay una alta probabilidad de obtener falsos negativos |
Pruebas rápidas: entre 15 minutos y una hora |
Variable |
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Pruebas serológicas |
PRUEBAS CUALITATIVAS |
Variable. La tasa de falsos positivos tiende a ser alta. |
10-30 minutos |
Bajo |
PRUEBAS CUANTITATIVAS |
Variable, a pesar de que en general muestran mayores niveles que las cualitativas, algunas pruebas tienen tasas de falsos positivos mayores a 15%. |
Existen diferentes procedimientos y la duración varía entre 1 y 5 horas |
Alto |
Frente a los retos que se han presentado, CAF viene otorgando su apoyo para mitigar las consecuencias económicas y sociales en los países de la región. En ese sentido, a través de su Fondo de Inversión y Desarrollo Empresarial para la Pequeña y Mediana Empresa (“FIDE”), ha implementado el Programa de Inversión en Empresas y Emprendimientos de Impacto en la Respuesta a la COVID-19, que busca apoyar soluciones con efecto a corto plazo para contrarrestar los desafíos presentados. Entre éstas se han incluido iniciativas destinadas a desarrollar pruebas PCR de forma masiva, primero en Brasil junto a NEOPROSPECTA, y potencialmente en otros países. Por otra parte, con recursos de ayuda humanitaria otorgados a Argentina, las universidades nacionales de San Martín (UNSAM) y de Quilmes (UNQ) lograron recientemente desarrollar una prueba molecular rápida.
Estas acciones concretas en relación a la mejora del acceso a pruebas para la detección del virus son un reflejo más de la contribución de CAF a los países para mitigar el avance de la pandemia.